El Hércules está de maniobras. Los dos últimos traspiés ante Badalona y Lleida le alejan paulatinamente del primer puesto que ocupa el cada vez menos sorprendente Baleares, pero le mantienen dentro del «play-off». No es ningún secreto que el equipo ha ido pecando todo el curso de falta de gol, pero esa crisis se ha agudizado incluso más cuando los rivales han quedado en inferioridad numérica, como le pasó al Lleida el pasado sábado.

En total, el Hércules ha jugado 144 minutos con un hombre más que el contrario en esta temporada y no ha ganado ninguno de los cuatro partidos. En ese tiempo con superioridad solo fue capaz de marcar un gol y de recibir otro, curiosamente ambos en el mismo partido, en la visita a La Fuensanta de Cuenca.

La primera expulsión que favoreció al Hércules en esta 18-19 fue en casa contra el Teruel, cuando los aragoneses ya vencían 0-2, pero apenas afectó porque fue en el tiempo de prolongación del encuentro. La segunda ocurrió en la agitada visita del Castellón al Rico Pérez en noviembre. En el 48', cuando el partido marchaba empate a uno, el visitante Delgado vio la doble amarilla. Esa superioridad le duró al Hércules 20 minutos porque Emaná, tras solo tres minutos en el campo, fue expulsado tras un acrobático y temerario remate. El conjunto de Planagumà todavía terminaría con inferioridad porque Juanjo Nieto vio la segunda amonestación en el 73'. El partido terminaría 1-1, igual que antes de la catarata de expulsiones.

La tercera expulsión, con seguridad la mayor oportunidad desperdiciada, fue en Cuenca en diciembre. Los locales se quedaron con 10 futbolistas en el 44' por expulsión de De Pedro y el Hércules hizo el 0-1 en el 46', justo tras el descanso. A pesar de tener el partido de cara, el conjunto de Planagumà pagó caro su conformismo y recibió el empate en el 65'. Un cabezazo del central alicantino Samuel en el tiempo de prolongación pudo cambiar el signo, pero el portero Marqueta lo impidió.

Aquel empate dejó un mal sabor de boca en el equipo y el gol de Carlos Martínez ha sido el único que el Hércules ha anotado en este curso jugando con un hombre más.

El pasado sábado el conjunto de Planagumà recibía al Lleida en una final anticipada en la lucha por el «play-off» y el defensa ucraniano Zotko dejaba con 10 a los catalanes en el 12'. El Hércules no logró mover el marcador en los 78 minutos restantes y el partido terminó 0-0. «Parece que cuando el rival se queda con diez va a ser todo más fácil, pero es al revés porque se te encierran», explicaba ayer el mediocentro madrileño Diego Benito.

El Hércules de Claudio Barragán tampoco pudo ganar la pasada temporada al Sabadell ni al Ontinyent, pese a jugar 47 minutos y 25 con superioridad, respectivamente.

«Siempre queremos jugar en casa»

Diego Benito, preguntado por la presión del Rico Pérez tras la aparición de los primeros pitos del curso ante el Lleida, explicó que la plantilla prefiere «siempre jugar en casa». «Los pitos no fueron de todo el estadio, hay gente en el club y aficionados que también son positivos. Jugar en el Rico Pérez es un aliciente para nosotros y los rivales ven cómo aprieta este estadio», argumentó el mediocentro. Los silbidos del sábado se convirtieron, en una parte de la grada del estadio alicantino, en cánticos contra el entrenador Lluís Planagumà, al que ayer defendió Benito: «Él está con ganas, le afecta que le critiquen como a todos, pero sabe que ha venido a ascender al Hércules y seguirá siendo el mismo».

El equipo descansará hoy y regresará a los entrenamientos mañana miércoles en el Rico Pérez.