El Hércules vuelve a reconstruir su candidatura y hoy se despierta segundo gracias al triunfo de ayer ante un Mestalla perseverante que se adelantó incluso en el marcador.

El sábado atípico; con baloncesto antes, clásico después y carnaval mediante; lo cerró notablemente un Hércules que se vuelve a aupar a la zona noble de la tabla gracias a una media inglesa (victorias en casa y empates fuera) revitalizadora.

La derrota del Ebro en Alicante a comienzos de febrero ensombreció una reacción que parece haber recobrado la continuidad. Ayer, Jordi Escobar, un juvenil de 17 años, enmudeció el inicio de

un partido que el Hércules, rara avis, había comenzado con buen pie. 0-1 a los doce minutos y otro partido con tintes de etapa de puerto especial.

Pero el Hércules eligió el camino de la paciencia, comenzó a adueñarse de un partido que sabía suyo y al que sólo le faltaba, como en anteriores entregas, pegada y puntería. Debutó de titular Benja, al que Cristian le sacó un taconazo de fábula, pero al descanso se llegó con las mismas incertidumbres recientes.

Lo recondujo todo Pablo Íñiguez, el defensa goleador que ya ha celebrado en esta Liga tres tantos válidos más alguno más que le han birlado. La estrategia volvió a dar rédito al Hércules y el animoso Juli, que volvía a la titularidad, remató un balón que le quedó sobre la raya a un Íñiguez que lo empujó de la manera menos ortodoxa.

Con un Alfaro activado pero impreciso y un Miranda omnipresente, entró al campo Carlos Martínez, más fresco de piernas y de mente y provocó el penalti del triunfo que él mismo transformó con suavidad. El gol lo celebró enfundándose una careta de carnaval que Samuel rescató del banquillo y que le originó al ariete una tarjeta amarilla de la que Planagumà prefirió no hablar después.

Sea como fuere, el Hércules vuelve a quitarse la máscara de debilidad y hoy es el turno de sus rivales, con la presión de un sábado que los blanquiazules han convertido en talismán. El Rico Pérez ya lleva 10 sábados consecutivos invicto los sábados y este año, tres triunfos de cuatro.