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Samuel Llorca: «Le digo al vestuario que se prepare para ver el Rico Pérez lleno»

«Tengo unas ganas brutales de ir a Luceros», reconoce el zaguero alicantino

El defensa alicantino del Hércules Samuel Llorca, en el banquillo del Rico Pérez, el pasado miércoles. héctor fuentes

A punto de cumplir 34 años, el central alicantino Samuel Llorca es una de las voces más autorizadas dentro del vestuario del Hércules. Su veteranía y su conocimiento del club de su vida le hacen hablar sin tapujos y con insistencia sobre el esperado retorno a Segunda. «Ya les he dicho a los compañeros que se preparen para ver el estadio lleno, porque estoy convencido de que va a pasar este año», confiesa un Samuel entusiasta sobre las butacas de un Rico Pérez silencioso entre semana.

La victoria del pasado sábado ante el Cornellà ha catapultado el ánimo de un Hércules que vuelve a verse en «play-off». «Quedan aún 13 jornadas, pero creemos que este año va a llegar la recompensa que todos esperamos», reflexiona un Samuel ya acostumbrado a que el Hércules conviva toda la temporada entre finales decisivas. «El objetivo de estar siempre entre los cuatro primeros hace que cada semana te la plantees como el partido más importante del año, eso está bien pero también tenemos que aprender a que no nos afecte tanto si no ganamos», explica el alicantino.

Su regreso a casa en el verano de 2017, al igual que el de Falcón, despertó la ilusión entre una afición de capa caída, pero la decepcionante 17/18 puso a ambos en el disparadero. Samuel, consciente de que sigue siendo discutido y examinado con lupa en cada partido, no rehúye el choque: «Mi implicación con el club y la ciudad es máxima, porque ambas son mi casa, soy el primero en llegar al entrenamiento y uno de los últimos en irme». Planagumà y Portillo ensalzan el compromiso de un Samuel que la temporada pasada no se perdió ningún entrenamiento. Este año una estrepitosa caída que afortunadamente quedó en un susto le obligó a llevar collarín y le hizo ausentarse de alguna sesión. Menos de las que el parte médico aconsejaba.

Su condición de alicantino, como a muchos jugadores en la historia del club, es un hándicap añadido. Él se defiende y asume esa jerarquía que le viene implícita: «Soy un líder dentro y fuera del campo y, aunque a veces la gente no lo vea, todos mis compañeros y el entrenador lo saben».

Su gran momento de forma quedó patente en la última jornada, donde se mostró infranqueable por alto en el final de un partido en el que pudo hasta marcar. El contragolpe en solitario de Chechu Flores en el 1-0 fue secundado por un Samuel que no le recriminó al jienense que no contara con él: «Fue intuición, vi el despeje y que había hueco para correr y decidí echarle una mano, pero lo hizo fenomenal». «Después del golazo que hizo le agradecí que no me la diera», cuenta entre risas el defensa alicantino.

Esa mejor versión de Samuel no es ningún secreto y él mismo revela que es el tipo de futbolista que acaba la temporada mejor que las empieza: «Siempre me ha pasado, cuando firmé mis mejores contratos fue tras hacer un gran final de temporada». «Ahora me encuentro muy bien, recibimos muy pocos goles y no quiero irme sin dejar el Hércules en Segunda», desliza.

Su renovación, en el aire

Samuel firmó en 2017 un contrato por dos temporadas que terminará este verano si no hay ascenso; si lo hubiera, quedaría renovado automáticamente por un año más. Su deseo es continuar en el Hércules porque piensa que todavía puede aportar mucho. «Tengo muchas ganas de seguir, me siento capacitado, pero no engañaré a nadie, cuando no me encuentre bien, lo diré».

Confiado en que los tres fichajes invernales del club, a los que cataloga como «de otra categoría», le van a dar a la plantilla un salto de calidad, pide «paciencia» con Carlos Martínez. «Es imposible estar 10 meses al máximo nivel», apunta Samuel.

El alicantino, que cuenta con una peña propia en Tribuna Alta, apuesta por seguir jugando los sábados: «Los últimos resultados nos arropan». Tampoco oculta el deseo de volver a jugar con Miguel de las Cuevas, hoy en el Córdoba. «Es una gran persona y un herculano hasta la muerte como yo», señala.

Samuel vivió en segundo plano el ascenso a Segunda de 2005. «Era muy joven, entrenaba con ellos a diario, como lo hace Olmedo este año». Ahora quiere vivirlo en primera persona: «Tengo unas ganas tremendas de ir a Luceros».

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