No hay rival directo que se le resista al Hércules y nadie podrá negarme que eso es buena señal de cara a una hipotética promoción. Algunos de los puntos que gana el equipo de Planagumà ante los «gallos» los desperdicia después ante conjuntos menores, pero al menos esta jornada finalizará con el cuadro alicantino entre los cuatro primeros. Si el Lleida gana al Levante Atlético, el Hércules y si no lo hace, tercero.
Como no podía ser de otra manera, la afición alicantina sufrió ayer lo indecible para poder celebrar el duodécima triunfo del curso. Especialmente agónicos fueron los minutos finales, con el Hércules achicando agua y Falcón rechazando remates a bocajarro. La primera gran intervención del renacido meta gaditano llegó a los 24 minutos tras un cabezazo potente de Manucho en posición inmejorable tras una buena jugada de estrategia. El 0-1 parecía inevitable pero los reflejos de Falcón evitaron el primer gol del delantero angoleño con el Cornellà.
El cuadro catalán plantó un muro en el Rico Pérez con su defensa de tres centrales y dos carrileros. Equipo muy bien trabajado, el exherculano José Gaspar pedía constantemente el balón y buscaba la espalda de los centrales Samuel y Álvaro Pérez. Al Hércules le costaba un mundo superar líneas y sólo logró adelantarse, en el minuto 32, en un contragolpe de libro perfectamente ejecutado. Un saque de esquina a favor del Cornellà se quedó cortó y el rechace de cabeza de Diego Benito fue a parar a la banda derecha, donde Jesús Alfaro tenía por delante una autopista. Nadie pudo frenarlo en falta, avanzó metros y sirvió un balón a la espalda de Goldar para que Chechu Flores galopara en solitario sin oposición y se plantara frente al meta Ramón. Cuando parecía que el capitán asistiría a Samuel, que estaba preparado para empujar, decidió sentar al portero con una filigrana para marcar a puerta vacía y poner en pie el Rico Pérez.
Con el partido de cara, era previsible que el Hércules lo fiara todo a una defensa agresiva para sentenciar después en otro contrataque, pero el plan no salió bien porque, desde el inicio de la segunda parte, el Cornellà se apoderó descaradamente del balón y el conjunto de Planagumà no lograba salir de su área. Los blanquiazules perdían demasiado rápido el balón, la presión del rival era muy buena y los minutos pasaban sin que el panorama se aclarase. Tanto es así que el banquillo local recibió varios gritos y silbidos porque se mascaba el gol del Cornellà.
Al Hércules le costó un mundo sacudirse de encima el dominio del conjunto de Xavi Cos hasta que emergió la figura de Jesús Alfaro, que jugó su mejor partido como blanquiazul. Y empezaron a llegar ocasiones claras para sentenciar. En el 70' un pase desde la derecha de Alfaro a Jona se marchó demasiado largo, superó a Goldar y dejó a Chechu en posición inmejorable ante el portero y con el balón botando. Esta vez el capitán no definió bien y su remate con la zurda no encontró portería.
Dos minutos después, otra asistencia genial del onubense permitió que Carlos Martínez se colara dentro del área por la derecha, pero su pase de la muerte al segundo palo hacia Jona lo desbarató el central Borja con el meta ya batido. El arreón del Hércules no cesaba y, en el 76', Alfaro dio otro pase perfecto a Carlos Martínez dentro del área, quien remató defectuosamente sin encontrar portería cuando el meta ya se había vencido a un lado. Y en el 78' el auxiliar anuló injustamente un gol a Pol Roigé por fuera de juego.
Las ocasiones desperdiciadas presagiaban un final agónico por lo corto del resultado y así fue. Con el Hércules prácticamente encerrado en su área, las oportunidades se sucedieron sin que nadie aportara calma ni clarividencia para ejecutar alguna contra. Juli salió en el minuto 86 para eso, pero contribuyó aún más al desorden con alguna pérdida peligrosa.
En el 83', Pep Caballé le ganó la espalda a Juanjo Nieto y su remate de cabeza cruzado se paseó por toda el área pequeña sin que apareciera rematador de manera incomprensible.
Como ya sucedió en el inicio del segundo acto, el Hércules perdía el balón a toda velocidad y se veía sometido a un agobio constante. La figura de Falcón emergió de nuevo en el descuento para salvar dos disparos a quemarropa de Agus y Carlos Esteve. Los cinco minutos de añadido fueron un calvario pero el Hércules y el Rico Pérez pudieron celebrar por fin el regreso a la zona de promoción, de donde convendría no volver a salir para evitar más sofocones.
El flamante delantero Benja Martínez disputó los últimos 20 minutos pero apenas entró en contacto con el balón porque el Hércules no cazó ninguna contra. Eso sí, fue recibido con una atronadora ovación.
La gastroenteritis pasa factura a Pablo Íñiguez y Salinas vuelve a ser el descarte
La gran sorpresa de la alineación del Hércules fue la presencia del alicantino Álvaro Pérez como pareja en el eje de la zaga junto a Samuel. El damnificado fue Pablo Íñiguez, quien entrenó únicamente el viernes junto a sus compañeros debido a una gastroenteritis que le obligó a quedarse en casa un par de días. Por otro lado, de nuevo el jugador descartado por Planagumà fue Álvaro Salinas, quien tiene aún más difíciles los minutos tras la llegada de Benja Martínez.
