En un partido muy accidentado, y por momentos disparatado con las decisiones arbitrales, el Hércules volvió a pecar ayer de falta de concentración y tensión competitivo ante un modesto de la categoría como el Ebro, que castigó con saña a balón parado a los blanquiazules. Estaban avisados de sobra los alicantinos del peligro de los de Manolo González en las jugadas de estrategia, pero ni por esas: el primer gol y la sentencia visitante del tercero llegaron de una falta y de un saque de esquina.

Le falta resiliencia a este Hércules, incapaz de lidiar con la fatalidad de perder a Emaná en el primer minuto y de reponerse a la no señalización de un penalti a Jesús Alfaro con 0-0 y de los sucesivos goles que el Ebro anotó con pasmosa facilidad en el área pequeña de Falcón. Hizo aguas la defensa blanquiazul en cada balón colgado y por primera vez en la temporada encajó tres tantos.

El portero andaluz se quedó clavado en el primer tanto, pero tampoco recibió la ayuda de su línea de zagueros, que ayer estuvo negada: flojos y despistados Samuel e Íñíguez y muy por debajo de su nivel habitual los laterales Juanjo Nieto y Nani, si bien el canterano derrochó el pundonor que tanto le premia la grada.

Carlos Martínez da síntomas de saturación de minutos y Jona está lejos de su mejor forma

? Es un serio contratiempo para el Hércules la lesión de Emaná cuando el camerunés había despegado con dos goles en las dos últimas victorias y ya se parecía al jugador que firmó con la vitola de «estrella» en Segunda B. Pero los problemas en ataque se agravan para Planagumà porque Carlos Martínez da claros síntomas de saturación de minutos y partidos. El delantero catalán fue, con mucho, el más clarividente en el arranque de la competición y derrochó clase y talento, pero la inspiración y el depósito se le agotaron hace varias jornadas. Tampoco parece, ni mucho menos, en su mejor momento de forma el último fichaje blanquiazul, el hispano-hondureño Jona Mejía. Le faltan frescura y ritmo de competición y tardará alguna semana en ponerse a tono tras un año largo muy duro en el Lugo. Ayer sustituyó al infortunado Emaná y, salvo en el penalti no señalado por el árbitro, apenas se dejó ver, ni dio sensación de peligro. Todo apunta a que Portillo tendrá que acudir de nuevo al mercado del «9».

Más delanteros no siempre es sinónimo de un mejor ataque

? Arrancó el envite Planagumà con una alineación valiente y cuatro delanteros en liza -notables Chechu y Alfaro por los costados- y la apuesta fue a más conforme peor se ponía el resultado. El técnico tiró de manual y sustituyó a Fran Miranda -el jugador con más carácter del equipo- para meter a un quinto atacante, Juli. Más madera. Pero es sabido que no siempre jugar con más delanteros conlleva una mayor producción ofensiva. De hecho, el Hércules perdió gas y se desordenó en el tramo de una teórica carga final. Para atacar es necesario tener la posesión y Diego Benito, que cuajó otro buen partido, se quedó muy solo en la organización, por mucho que Chechu centrara su posición. Con el alicantino Raúl como único punta del Ebro, los blanquiazules bien podrían haber cerrado con tres hombres atrás.

La clase media se le atraganta a un Hércules irregular

? Venían los blanquiazules de dos buenos partidos ante el líder Villarreal B y el Espanyol B, pero ayer volvieron a enredarse ante un modesto de la categoría -un equipo de un barrio de Zaragoza- y desperdiciaron una gran ocasión de dar un salto en la tabla y acercarse a sólo dos puntos del liderato. Da la sensación de que este Hércules compite mejor ante los equipos de la parte alta que frente a la clase media, que como ayer le plantean un partido trabado con línea de cinco defensas. Y este tipo de rivales son los que llegan ahora, incluido el Cornellà.