Media España siguió con el corazón en un puño el caso del niño Julen las dos últimas semanas y esta angustiosa historia con desenlace luctuoso se siguió especialmente de cerca en el vestuario del Hércules. El motivo salió a la luz el pasado domingo en el Espanyol B-Hércules, cuando el delantero Stephane Emaná buscó a su compañero Jona Mejía en el banquillo nada más marcar el 0-1. Este último sacó una camiseta con el nombre del niño y el dorsal «9» y todo el equipo hizo una piña para alzarla al cielo a modo de homenaje. La explicación llegó segundos después desde el propio club: Jona y el padre de Julen son vecinos y amigos de El Palo, barriada humilde de Málaga. Se criaron juntos y aún mantienen el contacto.

El cuerpo técnico y los jugadores del Hércules arroparon especialmente a su compañero la última semana y lo hicieron sin que trascendiera a la opinión pública este vínculo de amistad. «Es un tema de vestuario y prefiero que quede allí, no sé si ellos quiere que se haga público». Pero Jona no tuvo problemas en explicar ayer cómo ha vivido estos últimos días: «No hay palabras para explicar lo que han pasado y están pasando. Ya perdieron a un niño mayor hace años y ahora esto...es un infierno...están muertos en vida», aseguró el delantero del Hércules al referirse a los padres de Julen. «Les conozco de toda la vida, nos hemos criado juntos, ellos viven un piso por debajo del mío... con el gesto de la camiseta únicamente quisimos mandarle toda nuesta fuerza, que sepan que no están solos y poco a poco puedan ir levantando cabeza, pero después de lo que les ha pasado...», añadió Jona visiblemente emocionado.

En cuanto el ariete malagueño trasladó a sus compañeros su inquietud por el angustioso rescate de Totalán, el vestuario se volcó: «Estoy rodeado de personas espectaculares, todos quisieron ayudar y el capitán Chechu (Flores) fue el que organizó todo. Cuando Emaná marcó el 0-1 se acordó y vino a buscar la camiseta, la verdad es que se lo agradezco», recuerda el jugador.

Jona Mejía ha sido el último fichaje realizado por el Hércules en este mercado de invierno. Malagueño de nacimiento pero de padre hondureño, por fin ha cumplido el objetivo de recalar en Alicante, donde residen desde hace décadas su progenitor y su padrino. El ariete, fichado para marcar diferencias y ayudar al equipo blanquiazul en el ascenso a Segunda, confirmó también que el primer gol que anote se lo dedicará al pequeño Julen. «Ojalá llegue pronto y por supuesto que me acordaré de él. Aunque sus padres estén viviendo un infierno, deben saber que no estan solos, los que les conocemos desde pequeños estamos ahí con ellos y les vamos a ayudar a salir adelante», afirma Jona Mejía.

En el vestuario del Hércules también están especialmente sensibilizados con lo sucedido la última semana ya que el delantero les mantenía informados cada día y, además, varios de los jugadores son padres. «Es lo mínimo que podíamos hacer, es un pequeño gesto hacia el pequeño y hacia nuestro compañero, les mandamos fuerza para que se puedan levantar cuanto antes», concluye uno de los capitanes.