La victoria del Hércules frente al Espanyol B lleva el nombre de Julen. Jona Mejía, el último fichaje del equipo, es amigo de la infancia de José Rosello, el padre del pequeño fallecido en Totalán. Ambos se criaron en el barrio de El Palo. Vivían en el mismo edificio y las familias mantienen una estrecha amistad. El jugador blanquiazul vio en esta victoria la forma de mandar fuerzas al matrimonio en estos momentos tan difíciles.

"Conozco perfectamente a la familia, me he criado con el padre de Julen. Vivíamos en el mismo bloque, él en el primero y yo en el bajo. Por mucho que me pueda hacer una idea de cómo están en estos momentos, creo que nadie puede imaginárselo. Por desgracia es el segundo hijo que pierden. Lo único que puedo decir es que están muertos en vida. Son muy jóvenes, de mi edad, unos 30 años, la madre incluso más joven. Están muertos", lamenta Jona.

Con gesto serio y visiblemente afectado el jugador ha contando esta mañana cómo fue la petición al vestuario para que los goles de partido fueran en homenaje al pequeño Julen.

"En el vestuario me apoyaron mucho cuando les pedí ayuda. Chechu fue diciéndolo compañero a compañero y estoy muy agradecido por el detalle. Lo único que intento es mandarle ánimo y fuerza a mi amigo, que vea que aunque la sensación ahora le parezca infernal, que no está solo, que entre todos le vamos a ayudar a que salga adelante".