«He comido mucho barro para llegar a donde he llegado». A Jona Mejía nadie se lo ha puesto fácil. Criado en el humilde barrio malagueño de El Palo (como el exherculano Escassi o el exmadridista Aranda), pasó por todas las categorías inferiores del Málaga pero nunca le llegó la oportunidad con el primer equipo y sus primeros goles como profesional llegaron con el Lorca y el Melilla. Si algo caracteriza la carrera del nuevo delantero del Hércules es la cantidad de veces que ha tenido que hacer las maletas para cambiar de vestuario, hasta el punto de ser uno de los mayores trotamundos del fútbol español. En 11 temporadas ha militado en 14 equipos y asegura que llega al Hércules «con hambre» tras «un año y medio jodido» en el Córdoba, Cádiz y Lugo.

Jona desveló ayer un vínculo familiar con Alicante que pocos conocían: «Mi padre y mi padrino, al que estoy muy unido, viven en Alicante desde hace 33 años. Me hace ilusión estar con mi familia, el Hércules siempre me llamó la atención y la verdad es que ahora me ha llamado en el momento justo», afirma el ariete, de padre hondureño y madre andaluza. El director deportivo blanquiazul Javier Portillo llevaba peleando su fichaje casi un mes y la operación no era sencilla ya que debía llegar a un acuerdo para rescindir con el Lugo y el Córdoba, equipo este último al que pertenecía. Finalmente llega al Hércules en propiedad y con un contrato por lo que queda de campaña y dos más (hasta junio de 2021).

El gol siempre ha acompañado a Jona, no solo en Segunda B, también en la categoría de plata, ya que alcanzó las 17 dianas con el Jaén y las 15 con el UCAM Murcia, aunque ambos equipos descendieron. Este delantero corpulento y de 1.85 metros de estatura acaparó la atención de numerosas ojeadores en la temporada 11/12, cuando anotó 13 goles con el Ourense en la primera vuelta, lo que le valió su traspaso ese mismo curso al Vitoria de Guimaraes de la máxima competición lusa. Allí no tuvo apenas oportunidades y al curso siguiente destacó con el Jaén de Manolo Herrero en Segunda. Los 17 goles le valieron su fichaje por el Cádiz, de Segunda B, donde marcó 21 y se quedó a las puertas del ascenso tras eliminar de manera polémica al Hércules con un arbitraje escandaloso en el Carranza. Aquel Cádiz fue apeado finalmente por el Huesca de Tevenet.

Su última buena temporada fue la 16/17, en Segunda con el UCAM de Murcia. Los 15 tantos no sirvieron al conjunto universitario para mantener la categoría pero sí a Jona para firmar un gran contrato con el Córdoba por tres temporadas. Ahora llega al Hércules con el objetivo claro de dar el salto cuanto antes de nuevo al fútbol profesional. «Sé dónde vengo y cuál es el objetivo, pero la presión hay que saber llevarla porque si te presionas demasiado puede ser malo», señala el delantero, que ya compitió satisfactoriamente en un club con exigencias similares como el Cádiz.

Mañana debutará

Jona conoció ayer por primera vez a sus compañeros, entrenó en el Rico Pérez y el sábado (19.00) tendrá sus primeros minutos como herculano ante el Villarreal B en un duelo trascendental ya que el filial amarillo es el líder del grupo III y tiene nueve puntos más que los blanquiazules: «Puedo jugar ya perfectamente si el entrenador lo considera oportuno, vengo de entrenar a diario con el Lugo y tengo mucha hambre».

El ariete, que debutó como internacional con Honduras en 2013, ocupará la ficha de Carlos Fernández, que ayer rescindió su contrato y maneja varias ofertas de Segunda B y del extranjero. Lo más probable es que recale en el grupo IV ya que con el Villanovense anotó 12 goles. El jiennense apenas ha tenido oportunidades en esta primera vuelta y su último gol con el Hércules llegó hace más de un año.