Como viene siendo habitual después de cada partido a domicilio, los jugadores y el técnico Lluís Planagumà se acercaron hasta la grada donde estaban ubicados los 200 seguidores del Hércules para agradecerles su apoyo, pero esta vez no fueron bien recibidos. Muchos de ellos les echaron en cara su mal rendimiento, hubo muchos reproches y algún insulto, tal y como reconoció el técnico barcelonés en la sala de prensa. Planagumà quitó hierro al asunto y dijo que hubo división de opiniones, pero lo cierto es que los ánimos estaban muy caldeados.