Por mucho que el entrenador del Hércules Lluís Planagumà se empeñe en recalcar cada semana que esta temporada tendrá final feliz y no se repetirán los males de cursos pasados, su equipo se empeña en quitarle la razón. Y es que uno de esos principales males está florenciendo con toda su crudeza: el de la cuesta de enero. Muchos proyectos saltaron por los aires en este mes fatídico y aunque el director deportivo Javier Portillo tiene claro que el técnico barcelonés debe acabar la temporada, reconoce también que la dinámica negativa debe cambiar cuanto antes.
Planagumà no corre peligro por ahora pero la alarmante y endémica falta de pegada de este Hércules se lo puede llevar por delante a medio plazo. Los blanquiazules piden a gritos un «9» en enero y el partido de ayer en El Clariano fue una muestra más. El cuadro alicantino perdió en Ontinyent pese a jugar 70 minutos en campo del rival. Desperdició siete ocasiones de gol y casi una docena de aproximaciones peligrosas sin que nadie pusiera la puntilla. Hasta Planagumà perdió la paciencia en la sala de prensa: «¿Qué hago? ¿Las meto yo?».
La puesta en escena del Hércules en el césped sintético de El Clariano fue buena tras una semana con varios rapapolvos por parte del entrenador y charlas duras en el vestuario.
El partido se pudo poner de cara muy pronto, en el minuto 3, cuando un mal recha de un zaguero local en una acción a balón parado dejó el esférico en posición inmejorable para Samuel, quien remató muy blando a las manos de Craviotto para desesperación de los 200 alicantinos presentes en la grada. Pero poco después se torció todo de manera maquiavélica. Álvaro Pérez, principal novedad en el once como lateral derecho, pidió el cambio a los 10 minutos por molestias musculares en la zona de los isquiotibiales de su pierna derecha y a Juanjo Nieto le costó entrar en el partido, algo que el Hércules pagó muy caro porque en el minuto 16 el extremo Zarzo superó al castellonense con facilidad y sirvió un buen balón al corazón del área que el exblanquiazul David Torres remató de cabeza para superar a Falcón (1-0).
Como ya sucediera en el choque ante el Baleares, los pupilos de Planagumà quedaron groguis tras el mazazo y sólo reaccionaron en el tramo final de la primera parte, cuando emergió Diego Benito como organizador, intentó abrir el juego por las bandas y llegaron las primeras aproximaciones peligrosas. En la más clara, Chechu Flores sirvió un buen centro desde la izquierda que Emaná remató defectuosamente de cabeza en el área pequeña.
Conscientes de lo mucho que había en juego, los futbolistas del Hércules pusieron una marcha más tras el descanso y buscaron con ahínco la remontada. La circulación de balón era más rápida, las llegadas constantes y el Ontinyent se encerró ya en el 46' con el único propósito de achicar agua. A los 40 segundos de la reanudación, Chechu se sacó de la chistera una derechazo en parábola desde 25 metros que se estrelló en la cruceta cuando el meta había hecho la estatua.
Un minuto después, de nuevo el capitán fue protagonista, esta vez como asistente. Sirvió un balón preciso a Carlos Martínez a la espalda del central Julen que el barcelonés remató al primer toque con la izquierda pero se encontró con la reacción rápida de Craviotto, que voló para que la acción acabara en córner.
El asedio del Hércules fue incesante al inicio del segundo acto y de nuevo Carlos Martínez desaprovechó una buena ocasión con un disparo blando centrado a las manos del portero. Casi todas las llegadas provenían de la banda derecha, con la sociedad Juanjo Nieto-Pol Roigé especialmente activa. Pero siempre falta precisión en el último pase y mordiente en el remate.
Juli tampoco arregla el entuerto
Planagumá quiso oxigenar el ataque en el minuto 66 sentando a un errático Emaná y dando entrada a Juli, pero tampoco fue la solución. Al alcoyano le anularon un gol protestado en el 80' porque el colegiado entendió que Carlos Martínez hizo intención de tocar el balón tras un centro desde la derecha de Roigé.
El Hércules, ya con Diego Benito solo en el centro del campo y a la desesperada a por el empate, siguió percutiendo contra el área del Ontinyent y Chechu rozó el 1-1 en el 84' con un disparo desde fuera del área que rozó nuevamente el larguero. El cuadro valenciano pudo sentenciar con un par de contras desaprovechadas por David Torres y un pletórico Zazo, mientras que la última ocasión herculana llegó en el 90'. Carlos Martínez se precipitó al rematar y no vio que Juli estaba con la pierna ya armada para fusilar a Craviotto tras una acción de nuevo armada desde el perfil derecho.
Al final todo el asedio fue en vano y el conjunto de Planagumà acabó otro partido más sin ver puerta. Los datos son demoledores: 16 goles en 20 partidos. Portillo sabe que con estos registros es imposible ascender e intenta convencer a su suegro Enrique Ortiz y a Juan Carlos Ramírez de que deben rascarse el bolsillo para fichar a un «9» que marque diferencias en este pozo de la Segunda B. El punta del Elche Benja es el que más gusta y Jona, del Lugo, está en la recámara. Cuanto antes haya novedades, mejor, ya que la competición no espera a nadie y el sábado visita el Rico Pérez el líder Villarreal B.
