Es la voz de la experiencia dentro del vestuario, el único que perdura desde el amargo primer paso del Hércules en esta etapa en Segunda B, allá por 2014. Su objetivo no ha cambiado, aunque su mensaje sí que se ha radicalizado. Es Chechu Flores (Girona, 19-IV-82), el capitán del Hércules, con 146 partidos y 34 goles a sus espaldas como blanquiazul. En pleno parón navideño hace balance del 2018 que se despide y repite deseo para el 2019. Que el Hércules vuelva al fútbol profesional.

Al final se ha adecentado este 2018 en la segunda parte.

Sí, pero la primera parte fue fatal, pasamos un verano muy duro porque no sabíamos cuál iba a ser el devenir del club. Aun así, terminamos contentos porque el trabajo que hicieron Portillo y Planagumà fue muy bueno. Todos hubiésemos firmado tener esta plantilla.

Se llega a 2019 dentro del «play-off», aunque pudo ser hasta mejor.

Comenzamos por fin la Liga muy bien, que era algo que siempre nos había costado, pero no hemos tenido la regularidad del campeón. Es así, pero hay que confiar porque tenemos opciones de todo.

Al menos el empate ante el Barça B aclaró la imagen de Cuenca.

La verdad es que no se nos puede reprochar nada en ese partido: hubo buen juego, actitud y competitividad. Aunque los jugadores nos quedamos siempre con los tres puntos y no los conseguimos, por eso no nos fuimos contentos del todo. Yo prefiero jugar un poco peor y ganar.

Creo que puedo descifrar qué le pide al 2019.

El ascenso por encima de todo. Hombre, tener salud, que sin ella no se puede hacer nada, pero es que esta ciudad, el club y su masa social se merecen estar como mínimo en Segunda.

Se ha convertido en una obesión general, pero para usted todavía más.

Es que yo vine para eso y llevo ya cinco años en ello. Salí del Tenerife y rechacé ofertas de Segundas para venir aquí y el ascenso lo tengo marcado en rojo y no me daré por satisfecho si no lo consigo. Habrá alguien en el vestuario que desee el ascenso tanto como yo, pero más seguro que no.

Cada intentona por el ascenso ha sido muy diferente.

Las dos primeras temporadas estuvimos muy cerca de conseguirlo, pero las dos últimas han sido muy duras.

¿A qué se debe, por tanto, esta buena temporada? ¿Hay algún secreto confesable?

Sinceramente, yo creo que ha sido porque hemos puntuado donde antes no solíamos. Ha sido trabajo de Planagumà, no solo nos ha entrenado deportivamente, también ha tocado el lado humano. Es un gran motivador y ha conseguido un grupo unido.

¿Le pesa el brazalete en este primer año en el cargo?

Yo digo lo que pienso, es clave que el grupo esté compacto y las decisiones se toman mirando a todos. Si alguien se desvía del camino, se apartará él solo.

Ya decía usted en verano que éste no era un trabajo de llegar, fichar e irse. Que había que llevarse el Hércules a casa.

Es que cuando va bien es muy fácil sacar pecho y hacerse fotitos. Hay que tener un término medio, cuando se pierde hay que juntarse y aprender también desde el crecimiento colectivo.

¿Entendió los tímidos pitos del Rico Pérez al equipo a principios de mes?

Es normal, es que la afición también lleva cinco años en Segunda B y ha sufrido mucho. Pero estos jugadores no tienen culpa del descenso aquel.

Más bien en aquel momento el público condenó el juego o la apatía del equipo.

Cuando no se propone lo que ellos quieren, pueden rebelarse, está claro, están en su derecho. Pero nosotros queremos competir siempre.

¿Le gusta a usted este estilo de Planagumà, que elabora menos el juego?

A mí también me gusta jugar bien y tener el balón, pero sobre todo lo que me gusta es ganar. Que se lo digan si no al Atlético. Cada uno que use su manera y a ver quién está arriba al final.

¿Por qué ha venido este bache de resultados (2 victorias en los últimos 8 partidos)?

Los rivales nos han vuelto a ver como uno de los grandes y nos está costando más. Para ellos es el partido del año, mira si no al Teruel cómo compitió aquí y cómo lo ha hecho después.

¿Y eso no pasó en los primeros partidos?

Yo creo que no, cuando se empieza en Segunda B por quinto año consecutivo ya no te ven con tanto respeto. Eso y que también tuvimos suerte en algunos partidos, al final todo en el fútbol se compensa.

También han hecho autocrítica, me consta.

Sí, sí, mucha. Todo lo de antes es además de nosotros. Somos conscientes de que hemos hecho muchas cosas bien, pero también de que no hemos sido capaces de otras cuando sí tocaban. Hay margen de mejora.

¿Pasa esa mejora por fichar en enero a un «9»?

Si me dicen que el delantero que venga va a marcar 20 goles, yo encantado, pero eso nunca se sabe.

Desde luego hace falta gol y ahora apenas hay.

Yo creo que si lleváramos cinco goles más estaríamos mucho más arriba. La base del éxito pasa siempre por no encajar y en eso este año estamos fantásticos.

Lo que está claro es que el Hércules va a ir al mercado de invierno y que enero nunca le viene bien al club.

Es un mes muy peligroso, ya hemos tenido una charla todos porque siempre nos distrae. Salen nombres de gente que se puede ir o que puede venir y ya no eres el mismo. Todo ello genera tensión y no nos gusta. Además nos viene un mes súper duro y tenemos que estar con los cinco sentidos.

¿Ha visto nervioso a José Fran, una de las posibles bajas?

Sinceramente, no he hablado nada con nadie. Es perder el tiempo. Yo trato de que los que están estén lo mejor posible.

En junio acaba su contrato con el Hércules, ¿será su última temporada en el club?

Pues este año estoy intentando disfrutar cada día al máximo. Afronto cada partido como una motivación personal, luego que el club haga lo que crea que tiene que hacer. Yo estoy tranquilo.

¿Pero se plantea la retirada?

No, no, para nada. Voy temporada a temporada, pero seguiré jugando al fútbol. Lo he hecho siempre y seguiré haciéndolo el año que viene.