El partido de esta primera vuelta del Hércules con más ocasiones en ambas áreas finalizó con un empate sin goles de manera incomprensible. El Rico Pérez despidió 2018 con un muy buen choque frente a un Barcelona B jovencísimo (media de 19 años) pero repleto de talento que, como viene siendo habitual temporada tras temporada, aprovechó las dimensiones del estadio alicantino y su buen césped para jugar muy cómodo. Y eso que el Hércules plantó batalla de manera muy digna y, sobre todo, acabó el partido muriendo en el área rival y con la grada prendida.
El punto sumado ayer ante el filial azulgrana sirve a los pupilos de Planagumà para ascender hasta la tercera plaza, pero ven cómo el Villarreal B y el Lleida no aflojan y se escapan a tres y cuatro puntos respectivamente. Además la cuesta de enero será especialmente dura para el Hércules, que abre fuego el 6 de enero a las 12.00 visitando al Atlético Baleares, cuarto.
Planagumà sorprendió de inicio con la entrada de José Fran en la banda izquierda, ya que el santapolero parecía desahuciado y en la rampa de salida para el mercado de invierno, pero el técnico barcelonés quiso aprovechar su velocidad para hacer daño en las transiciones rápidas que tanto gustan a este Hércules. Y el plan inicial funcionó porque el lateral Wague, por quien el Barcelona pagó un millón de euros, sufrió lo indecible los primeros 20 minutos con las subidas de José Fran y Nani, muy verticales.
El partido fue trepidante, con un ritmo muy alto y llegadas constantes a ambas áreas. El primero que avisó fue Wague (7') con un disparo cruzado dentro del área que Falcón repelió con una estirada. Poco después (11') Chechu Flores, de nuevo formando dúo atacante con Carlos Martínez, habilitó al punta de Mataró dentro del área pero este último no logró quitarse de encima al zaguero Araújo para quedarse delante del portero. El arreón inicial del Hércules, con brío y verticalidad, tuvo el punto álgido a la media hora con dos llegadas muy claras que merecieron, al menos una, el premio del gol. En la primera, Juanjo Nieto encontró una autopista por su banda, avanzó metros sin oposición y probó suerte con un obús que no encontró portería por muy poco. Un minuto después, de nuevo el lateral castellonense fue protagonista, aunque esta vez cedió a Carlos Martínez dentro del área, quien se acomdó el balón y definió con un disparo alto en buena posición, una ocasión de esas que el goleador blanquiazul no suele dejar pasar.
Pero la sensación de peligro del Barcelona B era constante cada vez que pasaba del centro del campo debido al talento puro que destilan todos sus jugadores, incluso los zagueros. En el tramo final del primer acto emergió Riqui Puig con dos asistencias maravillosas de gol que a punto estuvieron de costar un susto. En el 43' culminó un contragolpe muy rápido con un taconazo que dejó solo a Ballou ante Falcón. El extremo se precipitó en la definición y cruzó demasiado el balón. En la siguiente jugada, Puig, al que muchos comparan con Iniesta por su depurada calidad, visión de juego y endeblez física, sirvió un baló letal entre Samuel y Nieto que llegó franco a Guillem, que también erró en el golpeo final y mandó el balón por encima del larguero en posición inmejorable.
El guión del partido no cambió tras el descanso aunque el Hércules pedía a gritos la entrada de Emaná para ganar en velocidad y agresividad en un ataque demasiado plano con Chechu por detrás de Carlos Martínez. Pero antes de que el camerunés entrara en el 58' por un entonado José Fran, el central Pol Bueso tuvo la mejor ocasión de los blanquiazules en todo el partido al rematar de cabeza en plancha un córner de Chechu en el punto de penalti. Toda la grada cantó el gol pero el balón no encontró portería.
El Barcelona B tuvo la suya en una extraordinaria acción individual de Carles Pérez, quien se quitó de en medio a Pol Bueso y Nani para definir con la puntera a bocajarro frente a Falcón. El meta gaditano, rápido de reflejos y en una versión muy mejorada respecto al curso pasado, salvó un gol cantado y dio alas a un Hércules que acabó los últimos 20 minutos a lo grande, con el orgullo de un equipo ambicioso que ha enganchado a la grada.
En el 75', Emaná provocó un mal despeje del portero alicantino Iñaki Peña pero después Samuel no envió el balón entre los tres palos con el meta desubicado. En el 84', unas manos de Araújo a disparo de Candela en el borde del área pusieron a disposición de los blanquiazules una falta en posición inmejorable que Juli ejecutó por encima del larguero. Ya con el partido agonizando, Pol Bueso y Emaná rozaron también el 1-0 pero faltó la fortuna y la precisión de otras tardes. Ahora aguardan las vacaciones a los jugadores, ya que la Liga no vuelve hasta el 6 de enero.
