Y en la jornada 17 al Hércules le entró vértigo. Lo tenía todo a favor, con ventaja en el marcador y en el terreno de juego, para alcanzar el coliderato tras el traspié del sábado del Lleida, pero agarró un mal de altura que terminó por estrellarle contra un Conquense curtido en el viejo oficio.
Bajo un aguanieve silencioso y con el apoyo de unos 250 aficionados alicantinos, el Hércules se echó atrás incomprensiblemente justo después de ponerse por delante en el marcador. Era el primer minuto de la reanudación y Carlos Martínez, enrachado una vez que la competición ha cogido cuerpo, enviaba a gol de primeras un centro raso de Nani que había dejado pasar Juli de manera torera en el palo corto.
Minuto 46, 0-1 y un Conquense doblemente zarandeado en apenas dos minutos de juego porque en el último lance del primer tiempo se había quedado herido con la expulsión de Fran Simón. Todo ello no bastó para que el Hércules tratara de cerrar con decisión el partido porque desde entonces sólo puso en aprietos al Conquense en el 90', en un cabezazo impecable a la desesperada del central alicantino Samuel que encontró al mejor Marqueta, que se tiró plásticamente bien abajo para repeler el balón.
El conjunto de Planagumà pagó caro el paso atrás generalizado y el Conquense, espoleado por la verticalidad de Adighibe y la coherencia de su delantero Jairo Cárcaba, empató a los 20 minutos. El jarro de agua fría le llegaría a los blanquiazules precisamente después de su mejor aproximación en el segundo tiempo -gol aparte- pero Juli se entretuvo en el control de un balón que pedía a gritos finalización rápida y eficaz.
El contragolpe, tejido con precisión y velocidad por la banda diestra entre Pol Roigé y Juanjo Nieto, encontró réplica instantánea por ese hueco que había quedado en el carril diestro del Hércules. Galopada interminable, centro tenso al área, despeje defectuoso al centro de Íñiguez en escorzo y picotazo del inquieto Adighibe, que acababa de entrar al partido para protagonizarlo.
Para entonces, Carlos Martínez ya había abandonado el terreno de juego antes de hora tras recibir un golpe en la cara que le había provocado un corte en el ojo. Sin el delantero catalán en el campo, al que había sustituido Emaná, el Hércules se diluyó paulatinamente ante un Conquense en inferioridad numérica pero superior en voracidad. Aupados por una grada caliente y por la racanería del Hércules, el Conquense regresó al partido con una bola extra que supo jugar muy bien.
Todo se les había torcido a los blanquinegros en el final de un primer tiempo que hasta entonces fue parejo. Pese al césped blando y tras haber pasado una noche bajo cero, el fútbol emergió gracias a la cintura de Diego Benito, el mediocentro que tanto añoró el Hércules en temporadas pretéritas y que ayer manejó con mérito al equipo en la primera parte.
Unos primeros 45 minutos en los que avisó primero el Conquense, con un zapatazo seco del zurdo Jorge Fernández que desbarató Falcón, pero que pronto cogieron color blanquiazul con una doble ocasión de Carlos Martínez. La amenaza había surgido de la mejor triangulación del partido, creada entre Chechu y Pol Roigé tras un robo del propio Carlos en la medular. Con metros por delante, el ariete catalán disparó desde el lateral del área pero Marqueta aguantó bien el envite. Su despeje cayó de nuevo a los pies de Carlos Martínez, ya sobre área pequeña, pero su intentona volvió a toparse con el guardameta local.
Tras ello, el primer tiempo comenzó a embarullarse y terminó con la expulsión del lateral zurdo De Pedro, en medio de una bronca monumental de la grada de La Fuensanta. Un estadio remodelado en 2011 y cuyo fondo norte corresponde a una antigua tribuna que no escatimaría ayer en gritos para despedir al colegiado en el descanso al son de «Manos arriba, esto es un atraco».
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Sólo el conformismo del Hércules de Planagumà devolvió al partido a un Conquense al que se le hacía un mundo toda una segunda parte con un hombre menos y con el 0-1 que acababa de recibir de parte de Carlos Martinez en el 46'. Tampoco funcionaron los cambios de José Fran y Carlos Fernández, los señalados para abandonar el club en el mercado de invierno, y al Hércules se le escapó una inmejorable oportunidad de regresar a la zona más noble del grupo III. Pudo ser mejor, eso sí, si el remate impecable de Samuel en el 90' no hubiera encontrado a un fantástico Marqueta; pero también peor porque Falcón respondió a dos nuevos zarpazos de Adighibe.
Los de Planagumà suman su cuarto partido seguido a domicilio sin triunfo y caen hasta la cuarta plaza, desde donde miran a dos puntos el liderato pero a cuatro al quinto, un boyante Barça B que visitará este sábado (20 horas) el Rico Pérez para despedir el 2018.
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