El Hércules celebró ayer, en la finca Torre de Rejas, el almuerzo navideño en un acto en el que destacó la reaparición de Enrique Ortiz, dueño del club y que habitualmente permanece siempre en segundo plano, no acude a actos y sólo se dejar ver en el palco del Rico Pérez alejado de las primeras filas. El empresario alicantino departió con el resto de dirigentes y patrocinadores, entre los que no se encontraba su socio Juan Carlos Ramírez, en Mallorca por motivos profesionales.

Al brindis navideño acudió también la plantilla al completo junto al cuerpo técnico y los empleados del club.

Aunque el técnico Lluís Planagumà y el director deportivo Javier Portillo centran su discurso público en acabar de la mejor manera el curso 2018 con dos victorias frente al Conquense y el Barcelona B, lo cierto es que en la mente de todo el mundo está también el mercado de invierno que abre sus puertas el 1 de enero y al que el Hércules acudirá como ha hecho las cuatro últimas temporadas que ha militado en Saegunda B. La intención del club es reforzarse con un delantero y un jugador desequilibrante por banda, por lo que los dos principales candidatos a hacer las maletas son Carlos Ferández (punta con menos minutos) y el santapolero José Fran, que en el último partido se quedó directamente fuera de la convocatoria y que está en la agenda de otros equipos importantes de Segunda B.

«Lo que sí tenemos claro es que no queremos romper el gran grupo que hay en el vestuario, sí puedo decir ya que no va a haber ninguna revolución, intentaremos mejorar el nivel de la plantilla, pero no será fácil ya que el mercado de enero ofrece pocos jugadores y caros», explicó ayer Portillo. En la misma línea se expresó Planagumà.

La importante crisis que sufren el Murcia, del grupo IV, y el Reus, de Segunda, provocará una desbandada de jugadores de ambos equipos. En la agenda del Hércules ya figuraba el verano pasado el extremo Jesús Alfaro. También aparece en el mercado el veterano goleador Miguel Linares, con muchas novias.