El Hércules y el empresario Pablo Rico Prats liquidaron ayer por la vía de urgencia el Club Centenario Hércules, una iniciativa concebida para captar empresas y ayudas de cara a la celebración de la efeméride que se cumple en 2022. La disolución fulminante del club se produce apenas 24 horas después de que trascendiera que Rico Prats, designado presidente de la junta directiva, está investigado por presunto cohecho en el caso de los supuestos amaños del Plan General, por los que también se investiga al propietario encubierto del Hércules, el también empresario Enrique Ortiz.

El escándalo generado por la noticia y la consiguiente cascada de renuncias en el seno de la junta directiva dieron al traste con este órgano, que pretendía ser el embrión en el sector empresarial del futuro comité organizador del centenario. También escoció en amplios sectores del herculanismo la inclusión como vicepresidente del exconsejero del Elche Javier Vidal.

La liquidación del club, «con la unanimidad de la junta directiva», la comunicó oficialmente Rico Prats a través de un comunicado de seis puntos. «Esta decisión está consensuada con el Hércules, posponiendo la creación de una nueva comisión del centenario para cuando dicha entidad lo considere oportuno», concluye la nota pública firmada por el presidente, que ya el martes por la noche comunicó su intención de «tirar la toalla», pero no la formalizó hasta la mañana siguiente, según fuentes cercanas al club blanquiazul.

Pocas horas antes de que el Hércules notificara la disolución, la junta directiva del Club Centenario sufrió su tercer abandono en la persona del presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa, Alfredo Llopis. «Renunciamos porque tenemos ya una enorme carga de trabajo que hace incompatible nuestra labor con cualquier otra actividad», explicó Llopis. «Y tampoco consideramos oportuno continuar después de conocerse las otras dimisiones», añadió.

La primera en renunciar como miembro de la junta directiva fue la jefa de servicio de Deportes del Ayuntamiento de Alicante, Celia Meseguer, tres horas después de que se conociera la implicación de Rico Prats en los presuntos amaños del Plan General. Poco después siguió sus pasos el concejal de Seguridad y Tráfico, el popular José Ramón González, reconocido herculano, que ni tan siquiera estaba al corriente de que había sido incluido en el consejo rector del Club Centenario como representante del consistorio.

El Hércules, que tenía previsto presentar hoy en sociedad los objetivos y dirigentes de esta comisión, no quiso pronunciarse oficialmente sobre esta nueva polémica en su seno. No obstante, fuentes de la entidad explicaron que este grupo de trabajo se enmarcaba específicamente en el «sector empresarial» con el objetivo de captar dinero para la efeméride y que más adelante se crearía otra comisión organizadora con presencia de la entidad, aficionados, exjugadores y significados representantes del herculanismo.

En su comunicado de disolución del club, el empresario Rico Prats admite que «las consecuencias sociales» de la publicación de su condición de investigado por supuesto cohecho «hacen inviable la consecución de los objetivos marcados para ayudar al Hércules y a la ciudad de Alicante en un evento tan significativo como el centenario del club de nuestra ciudad».

Tras invocar su derecho a la presunción de inocencia, el presidente saliente recalca que la comisión nació sin ánimo de lucro y sin prestación económica alguna para los miembros de la junta directiva. También explica que se dejaron puestos vacantes en el órgano fundacional para representantes de la afición y del herculanismo.