«Era algo que se sabía que podía pasar». La pelea del pasado domingo entre ultras violentos de Hércules y Castellón no pilló a muchos de los presentes en el Rico Pérez por sorpresa. A pesar de que había precedentes entre varias facciones de ambas aficiones, el partido no fue considerado de alto riesgo y los radicales camparon a sus anchas tres horas antes del partido en los aledaños del estadio alicantino. Hasta la llegada providencial de dos policías locales.

En la 01/02, con ambos equipos en Segunda División B, el Hércules visitó Castalia y el partido terminó con tres heridos y un detenido por una fuerte pelea entre seguidores de uno y otro equipo en la propia grada del coliseo albinegro. Entonces también dejó mucho que desear la seguridad porque ambos grupos coincidieron en la misma grada de Castalia, donde se desató el altercado.

Durante varios minutos, un grupo de seguidores de la peña Herculigans se enzarzó con otros peñistas del Castellón y se golpearon con hierros arrancados de las gradas sin que hubiera protección policial alguna. Los incidentes no terminaron ahí. Una vez finalizado el encuentro, dos autobuses que se dirigían a recoger a peñistas herculanos fueron apedreados y varias lunas sufrieron grandes desperfectos.

Aquel 17 de noviembre de 2001 fue tal la inseguridad durante el encuentro que hasta el máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz, expresó su malestar por la falta de vigilancia: «Si todos los partidos tuvieran ambientes como éste, pocas veces iría yo al fútbol».

La réplica vendría una temporada después, en abril de 2003 y nuevamente en Castellón. Varias cargas policiales y un herido en los alrededores del estadio.

No los recordó Antiviolencia la pasada semana y el partido no se etiquetó de alto riesgo. La Delegación del Gobierno se escudó ayer en que «no constaban incidentes previos en las peñas de Castellón que comunicaron su desplazamiento a Alicante para el partido». El viaje de los ultras, por tanto, no había sido detectado. «El número de visitantes no era elevado y no se había recibido ninguna información previa de posibles incidentes», esgrimió la Delegación del Gobierno.

Sin alto riesgo

Fuentes de la Delegación señalaron que la declaración de alto riesgo de un partido de fútbol corresponde a la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, a instancias de federaciones y clubes.

En este caso concreto, explicaron que únicamente se tenía constancia de que la afición de Castellón había fletado para ir a Alicante dos autobuses -uno la Federación de Peñas y otro el Frente Orellut, sobre las cuales no constan incidentes previos-, a los que se habían vendido 120 entradas, de ellas 110 para la gente de esas peñas y diez para particulares.

Según la Delegación, la peña implicada, Barricada, no había comunicado que fuera a viajar a Alicante, ni había constancia en las redes sociales de movimiento alguno. Finalmente, señalaron que el dispositivo establecido para el partido estaba organizado entre las 15.30 y las 18 horas, cuando empezaba el partido, y que la pelea comenzó a las 14.30.