Un partido de los de antes. De los de un bigote por línea, cigarro al descanso y barro hasta la cintura. Un Hércules-Castellón cumple a la perfección todos los requisitos de la nostalgia. Más todavía cuando el enfrentamiento entre blanquiazules y albinegros no se produce desde hace casi una década. Diez años casi de penurias continuas para ambos.

Desde aquel 1-2 orellut en el Rico Pérez de 2010 en Segunda, el Castellón solamente bajó escalones hasta dar con sus huesos en Tercera y bordear continuamente la desaparición. El Hércules, tras su fugaz paso por Primera, también bajó dos peldaños y lleva cinco años luchando por volver a reencontrarse.

Hércules y Castellón se enfrentaron continuamente durante décadas, aunque posiblemente en ninguna alcanzó tales dimensiones este derbi como en los ochenta. Entonces los alicantinos cantaron contra los de la Plana un ascenso a Primera y un descenso a Segunda B, el primero de su historia, en menos de cuatro años.

Todo comenzó en la pretemporada de la 81/82, con ambos en Primera, en un amistoso en el Polideportivo de San Juan. Tanta expectación creó que la carretera de Valencia colapsó. Una hora de caravana y la gente dándose media vuelta. Mal presagio. Ambos descenderían a Segunda a final de temporada.

No mejorarían mucho en la división de plata porque Hércules y Castellón quedarían en tierra de nadie. Tanto que a falta de cuatro jornadas los albinegros se marcharon del Rico Pérez tras un 0-0 adormecedor y bajo el cántico de «tongo, tongo». La réplica, un mes después en la poco exitosa Copa de la Liga, no arrancaría muchas sonrisas. El Hércules venció por uno a cero en Alicante en un partido que estuvo 15 minutos parado por un apagón. En la vuelta cayó eliminado.

La 83/84 trajo farándula, tensión y alegrías. El partido de Castalia estuvo completo: el Hércules se hospedó en el mismo hotel que el actor Ángel de Andrés y Marujita Díaz, aunque la nota de color la puso la propia directiva al llegar al estadio. Los directivos Antonio Papí y Joaquín Fernández discutieron por ver quién se sentaba en el banquillo tras ocupar el cargo de delegado por la renuncia de José Torregrosa. El partido ya había empezado torcido porque el árbitro designado, el ceutí Pérez Cabeza, no pudo cruzar el estrecho. La solución de última hora fue el colegiado Moreda Alejandre.

Aquella temporada terminaría redonda para un Hércules que cantó el ascenso precisamente contra el Castellón: 2-0 en mayo con goles de Bakero y Álvarez.

Nuevamente en Segunda, en la 86/87, el Castellón, en pleno trasvase del viejo al nuevo Castalia, recibió al Hércules en el exiguo Javier Marquina, con las medidas mínimas. Derrota aparte (1-0), la noticia fue el cabreo monumental de la afición alicantina al pedirles 800 pesetas por la entrada más barata.

La década de los 80 terminaría mal para el Hércules con el descenso a Segunda B en mayo de 1988. El lugar, el Rico Pérez; el rival, de nuevo el Castellón. La afición, que apenas cuatro años atrás había cantado un ascenso a 1ª y que venía de la mejor época del club, estalló tras el pitido final. Insultos, amagos de agresiones a la salida y desconcierto. La gente apuntó a los jugadores. Aunque el canterano Moreno Yuste salió a hombros de Las Banderas. Mañana vuelve un clásico...