El central del Hércules Samuel Llorca dio ayer un susto importante en el entrenamiento matinal al caer en mala posición sobre el césped con el cuello apoyado. Rápidamente fue trasladado a la Clínica Vistahermosa, donde las pruebas descartaron una lesión grave, si bien las molestias del traumatismo cervical persistieron durante todo el día de ayer. De esta manera, su presencia en el partido del domingo frente al Olot es dudosa y dependerá de sus sensaciones en las horas previas al viaje, que tendrá lugar el sábado después del entrenamiento.

Samuel es el único jugador que ha disputado todos los minutos en las 10 primeras jornadas y, si finalmente no está en condiciones de jugar, en su lugar lo hará el también alicantino Álvaro Pérez, que aguarda su oportunidad en el eje de la zaga desde hace meses. El polivalente defensa fue titular la pasada jornada en Lleida como lateral derecho y anotó un gol decisivo de cabeza (0-1). En principio iba a volver al banquillo con la vuelta de Juanjo Nieto al carril del «2» pero formará de inicio junto a Pol Bueso si Planagumà no ve a Samuel en condiciones.

Por lo visto ayer, sigue en el aire el concurso del central Pablo Íñiguez y el delantero Stephane Emaná el próximo domingo. El primero estuvo ingresado cinco días por un cólico nefrítico y el segundo arrastra una sobrecarga muscular que le impide trabajar al mismo ritmo que sus compañeros una vez más. Como ya ha sucedido en semanas anteriores, Planagumà lo dejará fuera de la lista si no le ve al cien por cien.

Pol Roigé elogia a la afición

El extremo del Hércules Pol Roigé agradeció ayer el apoyo de la afición durante todo el campeonato, especialmente a domicilio. «Estamos encantados, nos están dando muchísimo. Nos tenemos que dejar la piel por los que vienen y por los que nos animan en casa. Es un privilegio tener esta afición», señaló el atacante cedido por el Mallorca. Roigé afirmó que al Hércules le espera un encuentro difícil la próxima jornada en Olot, pero indicó que debe competir en todos los campos si pretende estar al final del campeonato en la parte alta de la clasificación. «Es un campo pequeño en el que la gente aprieta y seguro que será difícil. Ya sabemos que esto es Segunda B y dónde estamos, por lo que tenemos que competir en todos los campos», afirmó el catalán.

El extremo confió en prolongar en Olot la buena dinámica lejos del Rico Pérez, donde aún no ha perdido, y destacó que el conjunto catalán es un rival especialmente complicado cuando juega como local. El barcelonés, uno de los encargados de realizar las acciones de estrategia, se mostró satisfecho de que el equipo lograra ante el Lleida su primer tanto a balón parado. «Por fin el trabajo ha dado sus frutos», dijo Roigé, quien admitió tener «muchísimas ganas» de anotar su primer gol.