En representación de la afición herculana en particular y de toda la provincia en general. José Antonio Terol y Miguel Navarro lideran la protesta por el veto del Valencia a los alicantinos del pasado domingo 14 de octubre. Hasta tal punto que ayer los dos, naturales de Monforte del Cid, se desplazaron hasta la Fiscalía de València para denunciar el suceso por lo que consideran «un delito de odio por xenofobia».

«Lo que teníamos que hacer está hecho, ahora dejamos el caso en manos del Ministerio Fiscal», aseguraban ayer los denunciantes una vez llevado el veto a la vía penal.

En el escrito entregado a la Fiscalía por los dos herculanos se pormenoriza minuciosamente lo ocurrido el día 14 en las taquillas de la Ciudad Deportiva de Paterna. «A la hora de comprar las entradas, el personal a cargo les negó la posibilidad de adquirirlas tras comprobar que los residentes no eran residentes en la provincia de Alicante, dato que comprobaron por los DNI, requeridos por el personal».

La denuncia también sostiene que a los aficionados alicantinos tampoco se les dio mayor explicación sobre el veto: «Preguntado al personal de taquilla sobre los motivos de este proceder, no adujeron ni razones de orden, ni de seguridad o indisponibilidad de entradas». Terol y Navarro también desmontan el argumento de aforo lleno porque «la concurrencia al partido fue de 1.500 personas sobre un total aforo de 2.250». Y hacen lo propio con la justificación de problemas de orden o seguridad: «Nada identificaba visiblemente a los demandantes y acompañantes como aficionados del equipo visitante».

Además, la denuncia especifica que «nunca se ha dado un trato xenófobo semejante en el fútbol español, con prohibición de acceso a un espectáculo público por razón única de su origen y residencia». Terol y Navarro, asimismo, recuerdan que el Valencia, «no negando los hechos acaecidos y por tanto reconociéndolos de forma implícita en sus comunicados, no ha ofrecido a día de hoy sobre ellos una explicación razonable, salvo la gratuita y absurda inculpación al Hércules y a sus aficionados de este lamentable incidente».

La Fiscalía esperaba ayer a los aficionados alicantinos, a quienes recibieron con complicidad, según revelan los denunciantes. «Con una disculpa habría sido suficiente, ahora el caso va por lo penal», lamentaban desde la propia Audiencia de València.

«Esperamos que sea ahora el Estado el que saque de la madriguera a aquellos que el domingo 14 ordenaron humillar a los alicantinos», explican los denunciantes.

Terol y Navarro solicitan en la denuncia a la Fiscalía que investigue «el caso de flagrante vulneración de los derechos reconocidos a los ciudadanos en el artículo 14 de la Constitución con la posible comisión de varios delitos de odio, humillaciones, lesiones a la dignidad de las personas y denegación de prestación o servicio por motivos xenófobos».

Esta solicitud la hacen los aficionados alicantinos con el Código Penal en la mano, concretamente por estar el suceso tipificado en los artículos 510 y 512. La denuncia apunta al personal encargado de la taquilla de la Ciudad Deportiva Antonio Puchades y, por extensión, a los responsables del recinto y a la directiva del Valencia.

Portavoces del herculanismo

El Hércules apoya la actuación de los denunciantes, a quienes comunicó que se ponía a su entera disposición. Sin embargo, todavía medita presentarse como acusación particular y emplazan la decisión a la respuesta administrativa. «El club lo ha hecho muy bien, pero no esperaba mucho de la vía federativa, por eso nos decidimos nosotros a dar el paso», reconocían Terol y Navarro, quienes no descartaron erigirse como los portavoces de la afición. «Algo así como la figura del defensor del herculano, ¿por qué no?», aseguraban los denunciantes con el objetivo de que el suceso «no ocurra nunca más».

Asimismo, todavía barajan si elevar mañana jueves el caso a Antiviolencia. «El Ministerio Fiscal es miembro del Comité Antiviolencia y el fiscal puede enviarlo directamente, estamos sopesando si vale la pena presentarlo», aseguraba ayer por la tarde Miguel Navarro.