En semana de gota fría el Hércules cortó su sequía goleadora a los 244 minutos. Cuatro horas de juego sin ver puerta, un lujo al alcance de pocos, concretamente sólo al del líder porque ese gol de Diego Benito catapulta de nuevo al Hércules a lo más alto de la tabla del grupo III antes de enlazar dos salidas consecutivas a Lleida y Olot. Dos de los desplazamientos más largos, de esos en los que Planagumà dice «bajar del autobús, ganar y volver a subirse».
Ante la zozobra que desprendió el equipo en los últimos minutos del partido, el técnico volvió a ser el mejor reclamo para una grada que respondió cada vez que Planagumà (con jersey y el polo talismán debajo) alzaba los brazos en busca de complicidad. Una arenga al más puro estilo Cholo Simeone que ya ha calado en el Rico Pérez.
El capitán Chechu Flores reapareció tras su lesión y con él llegó el triunfo. Quizás las estadísticas sean únicamente números, pero la vuelta del jienense ha coincidido con la recuperación de la senda del triunfo del Hércules. Ayer el gol llegó incluso antes de que entrara él al campo. Mientras la grada se levantaba y coreaba que Chechu era llamado para ser el siguiente cambio, Diego Benito armaba el disparo del 1-0. Ni el Cid Campeador.
El veto del Valencia a los aficionados alicantinos en la Ciudad Deportiva de Paterna trajo cola durante toda la semana (denuncia a la Fiscalía prevista, incluso), pero ayer no hubo ninguna referencia en el Rico Pérez. Ni pancartas, ni cánticos, ni siquiera confesión entre corrillos. El Hércules está a otra cosa.
Tampoco tiene mayor prisa la directiva en encontrar presidente tras la dimisión de Quique Hernández. Ayer Carlos Parodi actuó como tal en el homenaje que se le hizo en los prolegómenos al Real Club de Regatas, recientemente coronado con la plata en el Mundial de remo de mar. En el palco sí que estuvieron los timoneles de la entidad, Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, que volvieron a bajar al vestuario tras el partido.
La embarcación del Hércules va viento en popa. Y así lo celebró la plantilla tras el final. «Alé, Hércules, alé, alé...»
