El Hércules se enfrenta este domingo (19.00) en el Rico Pérez ante el Badalona de Ramón María Calderé a un triple reto: poner fin a su preocupante falta de gol en el último mes, intentar recuperar el liderato en solitario -el líder Villarreal B visita el sábado al tercero, el Barcelona B- y acabar con la mala racha de dos derrotas consecutivas en casa frente a recién ascendidos, el Atlético Levante (0-1) y el Teruel (0-2).

La pólvora mojada de la delantera blanquiazul -y de la segunda línea- es tan cierta como el alto número de ocasiones que ha creado el Hércules en casi todos los partidos, incluido el empate sin goles del pasado domingo en Paterna ante el Mestalla. De ahí que la preocupación en el cuerpo técnico que lidera Lluís Planagumà sea relativa y menor.

Pero los números cantan. Con ocho dianas en las ocho jornadas disputadas de Liga, el conjunto blanquiazul es el menos goleador de los 16 que ocupan plaza de promoción de ascenso en los cuatro grupos de Segunda B. Paradójicamente, la sequía es aún mayor en los cuatro encuentros del Rico Pérez, en los que sólo ha anotado tres tantos: dos en el estreno ante el Ontinyent (2-1) y uno frente al Espanyol B en el partido siguiente como local el ya lejano 10 de septiembre. El equipo se quedó sin marcar en los dos últimos choques disputados en su estadio.

Pese al notable caudal de juego y oportunidades generados, el Hércules no ha marcado aún más de dos goles. Y en el último mes sólo ha ganado un partido -0-2 con mucho oficio en Cornellà-, un pobre bagaje de cuatro puntos de 12 posibles que ha dado al traste con el brillante liderato hasta ahora de los alicantinos.

Cuesta entender esta mala racha en un equipo que tiene en su delantera a varios de los mejores jugadores de la categoría: Carlos Martínez, Emaná, Chechu Flores, Juli y Carlos Fernández. Pero las lesiones de varios de ellos han impedido a Planagumà contar desde el principio con su idea inicial para el bloque ofensivo, en el que los tres primeros deben ser fijos.

Todos ellos ya están a disposición del entrenador y la satisfacción en el cuerpo técnico es especial por el retorno de Chechu. Es ya un lugar común el dato de su influencia sobre el equipo y las dificultades que tiene el Hércules para ganar sin el jienense, que a sus 36 años sigue siendo un referente en el ataque blanquiazul y un líder en el vestuario. Pero el problema no sólo afecta a los delanteros, dado que el equipo también echa en falta una mayor aportación atacante de la segunda línea.

Con todo, el vestuario sigue confiado en su «buen trabajo» diario y en la certeza de que los goles llegarán más pronto que tarde, según destacó ayer tras el entrenamiento el portero y capitán Ismael Falcón. «El equipo está bien; no hay nervios, ni dudas. Sólo falta empujarla y estamos trabajando bien todos los aspectos», destacó el gaditano.

Frente a los problemas para convertir en gol las múltiples ocasiones que «fabrica» el equipo, el Hércules presume de seguridad defensiva y de sufrir muy poco durante los partidos. De hecho, es el segundo equipo menos goleado del grupo III con cinco tantos encajados, uno más que el sorprendente Teruel.