El Valencia Club de Fútbol dio ayer, 48 horas después, su versión sobre el veto sufrido por los aficionados alicantinos en el campo principal de la Ciudad Deportiva de Paterna. El club che emitió una extensa nota de siete puntos en la que justifica su discriminación en la venta de entradas alegando motivos de seguridad y acusa al Hércules de «falta de diligencia» por no comunicar expresamente a sus aficionados que en Paterna no se venderían entradas para la afición visitante, algo que desde el Rico Pérez sí dejaron claro a este diario a principios de la semana pasada.

Pese al aluvión de críticas y al alcance nacional que ha adquirido el asunto, el Valencia no pidió ayer disculpas por su actuación y se limitó a «lamentar sinceramente los inconvenientes sufridos» por los seguidores alicantinos, algunos de ellos ajenos completamente al Hércules como, por ejemplo, el futbolista del Levante Pepelu, nacido en Dénia, o el hijo del presidente de la peña valencianista Gayà, de Pedreguer.

El comunicado del Valencia indignó aún más a los dirigentes del Hércules, quienes fuera de micrófono lamentan su prepotencia y advierten de que no llega al fondo del asunto, por lo que se trata de «una cortina de humo». De los siete puntos del escrito, el club che utilizó los tres primeros para explicar que envió 275 entradas para su venta en Alicante más otro centenar de cortesía que es habitual en los partidos para los dirigentes y familiares de los jugadores que querían desplazarse hasta Paterna debido a la proximidad geográfica. La entidad de Mestalla explica después que únicamente por motivos de seguridad decidió no vender entradas a los seguidores herculanos desplazados, unos 70 u 80, y para determinar su identidad pidió el DNI a cada seguidor y le negó la localidad a los residentes en Alicante, lo que generó la lógica indignación de los allí presentes. Casi todos ellos acabaron finalmente entrando en el campo Antonio Puchades ya que abonados del Valencia o aficionados con residencia en Valencia o en otros puntos de España se acercaron a taquillas y les sacaron las localidades.

El club che no muestra en su comunicado ninguna autocrítica y sí carga contra el Hércules, al que acusa de falta de diligencia «por no informar suficientemente a sus aficionados ni tomar medidas preventivas para que no se desplazaran». Pero lo que verdaderamente parece haber sentado mal al Valencia es la gran repercusión que ha tenido el asunto, que el domingo y el lunes se coló en los medios nacionales.

Además, el club alicantino y sus seguidores han recibido el apoyo de diferentes cargos públicos y así reza el comunicado: «El Valencia CF expresa su total repulsa hacia aquellas descalificaciones demagógicas o por intereses políticos que, desde el desconocimiento o el aparente propósito de intentar mostrar a raíz de estos hechos un inexistente conflicto entre clubes, aficiones e incluso provincias, se han vertido de modo público contra el club y su honorabilidad (entre ellas alguna procedente de antiguos cargos públicos con procesos judiciales abiertos), en lugar de dirigir dichas energías a ayudar a que un gran club como el Hércules CF esté de nuevo en la categoría que merece por su historia y su numerosa afición».