En medio de la tormenta desatada en el Hércules por la dimisión del presidente Quique Hernández, los accionistas mayoritarios Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz escenificaron ayer en el penúltimo entrenamiento antes del duelo de mañana en Valencia ante el Mestalla la unidad de acción en la cúpula de la institución y su respaldo sin fisuras al equipo de Lluís Planagumà. «La dimisión del presidente ya es pasado y lo más importante ahora y siempre es el equipo», reconoció tras la sesión de trabajo el empresario vasco, que sigue sin explicarse las razones de fondo de la renuncia de Hernández.

«El club y la plantilla estamos todos a una», recalcó Ramírez, en un esfuerzo por transmitir una imagen de estabilidad y alejar el estigma de la convulsión institucional que lleva marcado a fuego esta institución casi centenaria. El mantra de la estabilidad es también la obsesión del director deportivo, Javier Portillo -yerno de Enrique Ortiz y también accionista de referencia junto a Ramírez-, que se aplica a fondo esta semana para preservar al equipo de los sobresaltos en los despachos e intenta crear un clima de normalidad en el trabajo diario del líder del grupo III de Segunda B. Una posición de privilegio que defenderá mañana ante el filial valencianista.

De momento, el club se da por satisfecho con la reacción del grupo de Planagumà tras la renuncia del presidente. «No es un tema que nos importe, nosotros seguimos trabajando igual día a día», destacó el técnico catalán el jueves, cuya postura refrendan los «pesos pesados» del vestuario. Y en esta línea abundó ayer Ramírez tras el entrenamiento: «Quique Hernández no tenía relación con la plantilla, como reconocen los propios jugadores».

El empresario vasco confirmó que acudirá mañana a la ciudad deportiva del Valencia para presenciar el partido de la octava jornada de Liga y confió en que también asista Enrique Ortiz en un nuevo intento de evidenciar normalidad institucional y cierre de filas en torno a los jugadores y el cuerpo técnico. En todo caso, se pone la venda antes de una posible herida en caso de un nuevo traspié ante el Mestalla: «Si el domingo tenemos un mal resultado, que nadie piense que es por la dimisión del presidente, porque ya perdimos un domingo anterior con el Teruel [0-2] con Quique aún en el cargo».

Tanto Ramírez como Ortiz y su entorno son conscientes de que el porvenir de la entidad blanquiazul está, ahora más que nunca, en manos de la plantilla porque solo el ascenso al fútbol profesional garantiza plenamente la supervivencia de la institución. «El equipo no se va a caer porque el entrenador y los jugadores no están pensando en Quique Hernández, sino en ganar el domingo», explicaron fuentes del club, que destacan el buen ambiente que reina esta temporada en el vestuario y el empeño de los futbolistas en reforzar su unidad y hacer grupo.

«Es esencial que el equipo siga compitiendo al nivel que lo viene haciendo y conseguir un buen resultado en Valencia para mantener la ilusión de la afición y los abonados para el próximo partido en el Rico Pérez frente al Badalona», añadieron.