El escándalo por la negativa del Valencia a vender entradas del Mestalla-Hércules a los nacidos en la provincia de Alicante trascendió ayer a la esfera política, en la que el Consell de la Generalitat consideró «inadmisible» y «reprobable» que se margine en un acontecimiento público a nadie por su lugar de nacimiento, al tiempo que pidió explicaciones al club de Mestalla sobre lo ocurrido el pasado domingo en Paterna. Mientras, el PP registrará una pregunta en las Cortes Valencianas dirigida al conseller Vicent Marzà, en la que expresa su apoyo al Hércules y a los 70 u 80 aficionados afectados por el veto. Frente a la sorpresa y la estupefacción en el ámbito político, la Federación Valenciana de Fútbol optó por la inacción al considerar que el asunto escapa de sus competencias por tratarse de un contencioso extradeportivo.

«No tiene ninguna razón de ser lo que cuentan los medios informativos sobre lo ocurrido en la ciudad deportiva de Paterna y por ello hemos pedido una explicación oficial por parte de Valencia porque se trata de un asunto sin precedentes», explicaron fuentes de la Conselleria de Deportes. «Es la primera vez que se produce un posible caso de discriminación por nacimiento y que se piden los documentos de identidad en unas taquillas y debemos informarnos con precisión», añadieron.

Sobre las razones de seguridad argumentadas por el Valencia para justificar la prohibición de la venta de entradas a los alicantinos, el Ejecutivo autonómico expresa su extrañeza por considerar que esas medidas deben ser impuestas por una autoridad gubernativa y no por un club de fútbol. «Pero es que, por encima de esas medidas de seguridad que nos argumenta el Valencia», explicaron desde la conselleria, «prevalece siempre el derecho de asistencia a un acontecimiento público, sin que prime en ningún caso una hipotética sospecha de actitud violenta por parte de ningún aficionado visitante».

Ante la ausencia de precedentes sobre el caso, el Consell aboga por estudiar detenidamente la Ley del Deporte de la Generalitat por si los hechos acontecidos en el campo de Paterna pudieran enmarcarse en el apartado de infracciones de la citada norma.

Frente al rechazo suscitado en el Gobierno autonómico, la Federación Valenciana de Fútbol, aún en proceso de renovación de su junta directiva, expresó que no tiene capacidad de intervención en un conflicto como la venta de entradas porque escapa de las competencias del organismo federativo, «que se centran en lo deportivo y en lo que ocurre en los terrenos de juego», explicó un portavoz. «Asuntos organizativos y burocráticos como el de Paterna», añadió, «quedan fuera del ámbito de actuación de esta Federación y de los comités de Competición y Apelación».

En parecidos términos se pronunció la Federación Alicantina, que se refirió al caso como «una cuestión interna» del Valencia, en tanto la Española declinó manifestarse porque no había recibido hasta el momento ningún requerimiento en ese sentido.