El Hércules reaccionó ayer con contundencia al veto sufrido por sus aficionados el pasado domingo en las taquillas de la ciudad deportiva del Valencia con motivo del Mestalla-Hércules. El club che decidió no vender entradas a los seguidores nacidos o residentes en Alicante (a los que se les pedía el DNI), lo que generó un revuelo de alcance nacional.

Ante la ausencia de presidente en la entidad del Rico Pérez (Quique Hernández dimitió la semana pasada), fue el director general Carlos Parodi quien explicó ayer el sentir del consejo de adminisitración. Precisamente el dirigente intentó mediar con el Valencia en Paterna para solucionar el entuerto porque así se lo pidió Enrique Ortiz, presente en el palco junto a su socio Juan Carlos Ramírez.

El Hércules condena enérgicamente la marginación sufrida por sus aficionados, pero no tomará medidas a la espera de que el Valencia se disculpe pública o privadamente. En el caso de que eso no suceda, el club denunciará lo sucedido ante la Federación Española de Fútbol y ante la Dirección General de Deportes de la Generalitat Valenciana. Además, la entidad del Rico Pérez ya ha dejado claro que respaldará a todos los seguidores perjudicados que decidan acudir a la Oficina del Consumidor.

«Estamos molestos e indignados, nunca vi nada parecido. Discriminar a aficionados por su lugar de nacimiento no tiene ningún sentido y menos si viene de un club hermano como el Valencia», explicó Parodi, quien detalló la negociación con el club che: «Nosotros pedimos 500 entradas y nos dieron solo 200, aunque luego ampliaron a 275. El Valencia nos deja claro en una nota oficial que no se venderán localidades en la taquilla el día del partido y ahí se acaba el asunto para nosotros. Luego el día del partido vemos que sí abren la taquilla y que a los 70 u 80 aficionados nuestros no les venden entradas. Después de mediar con ellos sí que dan el visto bueno siempre y cuando en su DNI no ponga que residen en Alicante, algo que no tiene ningún sentido», añadió ayer el director general del Hércules.

El dirigente repitió en varias ocasiones que la afición «es el mayor activo» del Hércules y lamentó «profundamentamente» que más de medio centenar de seguidores tuviera que regresar a Alicante sin poder acceder al campo. El partido no estaba declarado de Alto Riesgo, pero sí había decenas de agentes de la Policía Nacional, que a preguntas de este diario se mostraron sorprendidos por la decisión tomada por el Valencia de prohibir el acceso a los seguidores residentes en Alicante. El encuentro se desarrolló sin ningún incidente y el Hércules estuvo arropado por unos 400 seguidores.