Menos de ocho meses ha durado Quique Hernández en la presidencia del Hércules. Desde aquel 13 de febrero en el que se hizo oficial que el extécnico del conjunto blanquiazual asumía el sillón presidencial, la entidad ha experimentado una profunda transformación especialmente desde el punto de vista social. Quique tuvo claro desde el inicio de su mandato que el club debía mejorar las relaciones con su afición así como mejorar la imagen que proyectaba la entidad de puertas hasta fuera. Y así fue siguiendo su hoja de ruta con acciones que tuvieron gran calado en los seguidores herculanos.

No tardó en sacar una campaña de abonos en la que los peñistas tuvieron voz y voto y que por primera vez en mucho tiempo fue del agrado de su masa social con ventajas para los socios antiguos. Fue uno de los puntos que reclamaba la afición durante mucho tiempo y por fin Quique los plasmó sobre papel.

Otro de los aspectos en el haber del ya expresidente del Hércules se plasmó el pasado mes de agosto con un acuerdo con la Federació de Fogueres para desarrollar acciones conjuntas que beneficieran a dos de las señas de identidad de la capital.

El acercamiento con las peñas blanquiazules ha sido la principal labor social de Quique así como las reuniones con los veteranos del Hércules, con los que se reunió para escuchar sus propuestas.

El exdirigente dio un vuelto al club desde el punto de vista social que se tradujo en un considerable aumento de afluencia al estadio. Pese a venir de una lamentable temporada con el equipo incluso fuera de la Copa, la afición se cargó de ilusión este año y, acompañado del gran arranque del conjunto de Planagumá, más de 8.000 personas pueblan ahora la grada del Rico Pérez.

Con Quique volvió la paz institucional y trajo la cordura en abonos, además de vincular al Hércules con la ciudad de nuevo (visita a San Nicolás...).

Los casi ocho meses al frente del club blanquiazul han dado para mucho. Ha tenido que lidiar con la parte más fea de la entidad, sus deudas con Hacienda. Reunión tras reunión, el expresidente ha luchado para que la entidad fuese noticia por sus éxitos deportivos así como de la comunión con una afición que ya le está echando de menos. Siempre puso por delante contentar a la seguidores con decisiones que chocaron con Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez.

Una de sus últimas fotos públicas data de una semana cuando posó con los presidentes de Lucentum y Agustinos tras llegar a un acuerdo que beneficiara a los aficionados de los tres clubes alicantinos. Poco después presentó su dimisión. Menos de ocho meses de mandato y una paz social e institucional como hacía mucho tiempo que no sucedía.

Ha sido el presidente número 40 de la historia del Hércules y el séptimo de la «era Ortiz». Sucedió a Juan Carlos Ramírez y ahora han sido precisamente los choques con el empresario los que han provocado la salida de Quique. El club inicia la búsqueda de su presidente número 41.