Juan Carlos Ramírez no sale aún de su asombro. Señalado por Quique Hernández como directo responsable de su dimisión como presidente del Hércules, el empresario vasco -máximo accionista junto a Javier Ortiz por delegación de Enrique Ortiz- asegura que no entiende la abrupta salida del club del exentrenador, recalca que apenas ha tenido contacto con él en sus ocho meses de mandato y garantiza que el equipo blanquiazul, líder del grupo III de Segunda B, se mantiene al margen del terremoto institucional generado por la enésima crisis institucional que sacude a la entidad. «No he tenido ninguna diferencia con Quique Hernández en todo este tiempo y en ocho meses no me he reunido con él ni siquiera una hora», ha declarado Ramírez este jueves a INFORMACIÓN.

Relacionadas

Recién llegado a Alicante desde Mallorca, donde conoció la dimisión del presidente, el empresario vasco ha recalcado que ni comparte, ni entiende las razones esgrimidas por el presidente dimisionario, que el pasado miércoles habló de «falta de confianza y de respeto» por parte de Ramírez para justificar su renuncia.Es mas, el accionista de referencia de la entidad elogia la buena gestión de Hernández en la parcela institucional y matiza que sus únicas diferencias en este ocho meses se produjeron por el control del destino final de las invitaciones para los partidos del Hércules que se regalaban a los niños.

«Quique ha hecho un gran trabajo porque ha sabido acercar el club a la masa social y lo único que teníamos pendiente era alcanzar un acuerdo sobre el reparto de las invitaciones para evitar posibles agravios a los abonados», ha explicado.Quique Hernández esgrimió el reparto de esas invitaciones como el detonante final de su dimisión, pero Ramírez sostiene que era necesario controlar el uso que se daba a esas entradas «porque de los 8.000 espectadores del pasado domingo ante el Levante B, 3.000 eran entradas regaladas y eso puede molestar a los abonados que pagan religiosamente». «No parece lógico que casi la mitad del aforo sean invitaciones», remarcó. El empresario vasco coincide en la conveniencia de que muchos niños puedan acudir a los partidos del Hércules en casa, pero recalca la necesidad de extremar los controles de las entradas que se regalan a los adultos «porque en ocasiones se han vendido esas invitaciones, como ocurrió con las entradas regaladas a las Hogueras, que se estaban vendiendo y tuvimos que denunciar el caso».

Quique Hernández explica los motivos de su marcha

Ramírez precisa que para el encuentro ante el Teruel también se regalaron unas 2.300 entradas. Sobre las graves acusaciones formuladas por Quique Hernández en su despedida acerca de «las auténticas barbaridades en la gestión del club y la publicidad», el que fuera su antecesor en la presidencia del Hércules también manifiesta su extrañeza «porque la presencia de Germán Antón como gestor publicitario se remonta a varios años antes de la llegada de Hernández y cuesta mucho esfuerzo traer ingresos al club como sí ha conseguido Antón».

Ramírez también se refirió a otro de sus puntos de conflicto con el presidente saliente, el de los precios de los abonos para la presente temporada. «Es cierto que lo discutimos y al final se aceptó la propuesta de Hernández para conseguir un mayor acercamiento a la masa social y hemos conseguido un aumento de unos 500 abonados, hasta los 6.000, a costa de una merma de ingresos para el club de entre 300.000 y 400.000 euros», concedió el inversor. «Por todo esto me sorprenden las formas y el fondo en la dimisión de Quique», prosiguió Ramírez. «No sé si habrá algo más detrás, pero son cosas menores las diferencias que él ha explicado para justificar su marcha».

El accionista de referencia también reconoció su discrepancia a la hora de repartir invitaciones del Hércules para niños de equipos conveniados con otros clubes que no sean el blanquiazul. En todo caso, Ramírez subrayó que el equipo de Planagumà, que el domingo (12.00) defiende en Valencia ante el Mestalla el liderato del grupo III de Segunda B, está al margen del ruido institucional generado por la dimisión del presidente y «totalmente focalizado en su trabajo y objetivo deportivo».

«El vestuario está en las mejores manos por el gran trabajo del director deportivo Javier Portillo y el entrenador Planagumà y los jugadores sólo están pendientes de seguir rindiendo al máximo nivel y de cobrar puntualmente sus nóminas a final de mes, como es el caso, porque éste es un club profesional que se mantiene con dinero», recalcó.

GMv2|pTipoComp=fotos&pIdGaleria=5bbdec2fa4139374ee433aaf|GMv2

Ver Galería

El adiós de Quique Hernández, en imágenes

A propósito de la falta de sintonía personal entre ambos reseñada por Quique Hernández, el empresario vasco coincide en que faltó «feeling», al tiempo que le quita importancia «porque yo apenas veía ni hablaba con el presidente, puesto que mis conversaciones sobre la marcha del club son con Enrique Ortiz y, de vez en cuando, coincidía con ellos dos y hablábamos por encima de fútbol, como con cualquier otra persona».

Por último, Ramírez asegura que la renuncia de Quique Hernández no va a afectar a la marcha de la institución, «que intentará seguir la buena línea trazada por el expresidente», ni del equipo, «que sigue centrado en el objetivo necesario del ascenso». «Quique llegó para hacer un trabajo institucional, y lo ha realizado con grandes resultados, pero no para marcar la línea deportiva, que es responsabilidad de Portillo, ni la económica, de la que se ocupa el director general Carlos Parodi», concluyó.

La imposible estabilidad

La imposible estabilidad

Jose E. Munera