Las 200 entradas que el Hércules puso ayer a la venta para el choque del domingo en Paterna ante el filial del Valencia se agotaron en pocos minutos. Las oficinas del Rico Pérez abrían a las 10.00 y desde las 6.30 hacía cola el primer seguidor. El club en principio solicitó 500 localidades, pero el Valencia respondió que sólo enviaría 200 porque estima que muchos abonados del primer equipo «che» acudirán a este encuentro de su filial al no haber jornada de Primera.

La decisión no sentó demasiado bien en el Rico Pérez y desde el Hércules advierten que en la ciudad deportiva de Paterna no se podrán adquirir entradas para la afición visitante.

La buena marcha del conjunto de Lluís Planagumà, que sigue al frente del grupo III de Segunda B pese a su tropiezo ante el Levante Atlético (0-1), invitaba a un desplazamiento masivo de aficionados alicantinos a Valencia debido a la proximidad geográfica y al económico precio de 3 euros fijado por el club che para cada localidad. El Hércules cuenta sus partidos a domicilio por victorias y busca la cuarta consecutiva tras las firmadas frente al Villarreal B (1-2), Ebro (0-1) y Cornellà (0-2).

Al margen del ruido institucional que ha generado la dimisión de Quique Hernández, los jugadores trabajan aislados a las órdenes de Planagumà y es posible que el joven técnico introduzca alguna novedad en el once. Se da por hecho el regreso del central Pablo Íñiguez al eje de la zaga en detrimento de Pol Bueso y también esperan su oportunidad de inicio el delantero Stephane Emaná o el extremo José Fran.