Apenas ocho meses después de tomar posesión como presidente del Hércules, Quique Hernández ha presentado su dimisión por desavenencias con los máximos accionistas y particularmente con su antecesor Juan Carlos Ramírez.

Hernández comparecerá hoy a las 12.00 horas en el pabellón Pitiu Rochel para confirmar su salida del Hércules.

El máximo dirigente blanquiazul formalizó el pasado jueves su renuncia a través de un escrito entregado al secretario del consejo de administración de la entidad. No obstante, el empresario Enrique Ortiz intentará hoy a la desesperada disuadir a Hernández y convencerle de que siga al frente del club.Las desdichas nunca vienen solas en el Hércules, a pesar de que se mantiene líder del grupo III de Segunda B. A la segunda derrota consecutiva como local frente a un recién ascendido el pasado domingo en el Rico Pérez ante el Levante B (0-1), se le une ahora la enésima crisis institucional en los despachos.

Cansado de la «falta de confianza» por parte de Ramírez, Quique Hernández fue un paso más allá en su desencuentro permanente con su antecesor y el 4 de octubre entregó por escrito su dimisión a Rafael Ramos, secretario del consejo de administración de la entidad y abogado de Ramírez.

«Sirva la presente para comunicarle mi dimisión irrevocable como presidente del Consejo de Administración. Los motivos no son otros más que la discrepancia con los accionistas mayoritarios en la gestión del club. Entiendo que se juegan su dinero y, por supuesto, están en su derecho de gestionarlo como consideren oportuno. Le ruego que a la mayor brevedad posible realicemos los trámites oportunos para que sea legalmente efectiva dicha dimisión». Así reza textualmente el escrito de renuncia de Quique Hernández, de apenas seis líneas. Pero no es la primera vez que el presidente plantea su dimisión, porque ya lo había hecho, al menos, en otras dos ocasiones.

En este caso, el detonante han sido las diferencias con Ramírez sobre el número de invitaciones que se reparten para los partidos del Hércules entre los escolares y sus acompañantes adultos. Las desavenencias con el anterior presidente también se produjeron meses atrás, entre otros asuntos, por los precios de los abonos y por las colas que se registraban en las taquillas del Rico Pérez los días de partido al abrirse tan solo dos ventanillas para la venta. El malestar de Hernández con los accionistas de referencia, y sobre todo con Ramírez, se hizo especialmente visible el pasado domingo cuando el presidente no acudió al partido del Rico Pérez ante el Atlético Levante, en el que el equipo aspiraba a completar una gran racha de seis victorias en siete partidos. Y no era su primera ausencia, porque el 16 de septiembre el máximo dirigente blanquiazul tampoco acompañó al conjunto de Planagumà en su visita al Ebro de Zaragoza.

Una vez entregada por escrito la dimisión del presidente el pasado jueves, tanto Enrique Ortiz como Juan Carlos Ramírez intentaron disuadirle, pero sin demasiado éxito. El propietario del Grupo Cívica mantuvo varias conversaciones con Hernández y el empresario vasco se comprometió a mantener una reunión durante el pasado fin de semana, pero ese encuentro no se llevó a cabo y finalmente el presidente decidió ausentarse del palco del Rico Pérez el pasado domingo.

Hernández entiende que los máximos accionistas no responden con la confianza necesaria a su gestión, a pesar de que el equipo marcha primero en la Liga, con cinco victorias en los seis primeros partidos, y con una evidente recuperación de la masa social. En los últimos partidos en el Rico Pérez, la afluencia supera los 8.000 espectadores y la recaudación en taquilla ronda los 15.000 euros, muy por encima de los 2.500 y 3.000 que se ingresaban el curso pasado. «Me sentaré otra vez a escuchar a Enrique (Ortiz), pero mi decisión de irme es firme desde el pasado jueves», indicó anoche Hernández sobre la reunión que tiene previsto mantener hoy con el empresario.