«Comencé a jugar al fútbol en mi barrio de Teruel con porterías de piedras, solo jugábamos organizados en el colegio. ¡El Teruel es de Segunda B!», comentó Luis Milla, el actual seleccionador de Indonesia, en redes sociales. Milla siendo de la ciudad de los amantes, apenas defiendo la camiseta rojilla. Quien tampoco lo hizo pero entrenó al equipo conduciéndolo hace casi una década a otro ascenso a la división de bronce fue Ramón Calderé. «Recuerdo esa etapa con muchísimo cariño y multitud de recuerdos», le cuenta Milla al Heraldo. Era un adolescente al que aún no le habían visitado las lesiones. Esto llegaría en su etapa con La Quinta del Buitre. Antes tendría el honor de ser el primer mediocentro de la etapa de Johan Cruyff en el Barça.

La venta de Milla dio capital al club y una inercia positiva, pues al poco tiempo alcanzó su primer motivo para la alegría ascendiendo a Segunda B dirigidos por Bienvenido Collao. Es decir, con él se debutó en 1987 permaneciendo cuatro años, con Calderé se volvió en 2010 y con Dani Aso, coincidiendo con el 75 aniversario, se celebró a finales de mayo.

El club, presidido por Ramón Navarro, ha seguido con su línea conservadora y humilde, debido a sus limitaciones económicas, pero ha encontrado una manera de reforzarse muy interesante. El convenio firmado con Huesca y Villarreal le va a reportar jugadores durante varios años de un nivel importante en Tercera, Segunda B e inadaptados en Segunda. Serán profesionales sin hombre y sí con hambre. Los que salten al césped contra el Hércules buscarán atrincherarse para salir con la puerta a cero del estadio y, si se puede, anotar la que tengan. Así encarrilaron su ascenso en Cádiz (0-1) y así buscarán irse de Alicante.