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Chechu firma un póquer histórico

Un fogonazo de Carlos Martínez bien ejecutado por el capitán refuerza al Hércules como líder y propicia el mejor arranque de los últimos 84 años

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La victoria del Hércules ante el Ebro en imágenes

Una roca. El Hércules de Planagumà sigue pulverizando récords al mismo ritmo que muchos de sus aficionados empiezan a despertar del letargo y se ilusionan. Motivos da para ello este equipo que por el momento domina con puño de hierro el grupo y además da síntomas de una solidez que invita a soñar con el liderato allá por el mes de mayo, cuando toca jugarse las habichuelas. Con su triunfo de ayer en la «ratonera» del Ebro, el Hércules encadena cuatro seguidos y firma el mejor arranque desde hace más de 80 años. Hay que remontarse hasta el curso 34/35 para encontrar un precedente mejor, el de aquel conjunto que ganó sus ocho primeros partidos en Segunda y acabó ascendiendo como campeón.

El conjunto de Planagumà aspira a conseguir el mismo objetivo y con la victoria de ayer deja claro a sus adversarios que este año habrá que sudar tinta para que los blanquiazules hinquen la rodilla. Este Hércules tiene más pegada y calidad arriba que ningún año (en buena parte por el fichaje de Carlos Martínez) pero destaca por la concentración y la agresividad de todos en tareas defensivas. La sensación de bloque cada vez es más evidente, si bien es cierto que ayer el Ebro dispuso de ocasiones para, al menos, batir a un Falcón que además empieza a parar. No se puede pedir más.

El Hércules se adaptó rápido a las especiales condiciones del campo de La Almozara, un polideportivo de barrio, con césped sintético y unas medidas que bordean el mínimo permitido por la Federación. Pero en Segunda B todo vale para los que mandan y los equipos deben sufrir campos como el del Ebro o el Cornellà. El brío con el que comenzó el partido el colista quedó rápidamente neutralizado por la agresividad alicantina y prácticamente no pasó nada en ningún área hasta el gol de Chechu Flores en el minuto 25. Carlos Martínez bajó con mucha calidad el balón, se marchó de su rival con un control orientado, levantó la cabeza y asistió al capitán, que se colaba dentro del área. La definición del jiennense fue magnífica. El portero estaba adelantado y le superó con un derechazo potente que cogió altura y le pasó por encima.

Lo más difícil ya estaba hecho y el Hércules casi lo arruina a los pocos minutos, ya que el Ebro dispuso de dos ocasiones clarísimas. La primera originada por una pérdida grave de Diego Benito, quien propició una contra que acabó con un disparo cruzado cercano del alicantino Raúl González. El canterano del Hércules se encontró con el pie salvador de Falcón. Pocos segundos después, Teo Tirado entró demasiado solo por el flanco izquierdo, dribló ante la llegada a la desesperada de Pablo Íñiguez y su disparo cruzado con la derecha se marchó fuera rozando el palo.

Al margen de estas dos acciones, el conjunto de Planagumà tenía relativamente dominado el partido en un campo en el que no se pueden dar tres pases y pudo sentenciarlo en el minuto 42, con una contra perfectamente ejecutada. El extremo Pol Roigé robó el balón y adelantó metros con su velocidad, ya dentro del área cedió a Chechu y su pase de la muerte hacia Carlos Martínez lo salvó prácticamente desde la línea el central Diana.

Los blanquiazules pudieron firmar el 2-0 también al inicio del segundo acto, más en concreto en el 55', con un remate de cabeza del punta barcelonés al larguero en una falta botada por el capitán. El técnico dio entrada a Juli por José Fran, no cambió su dibujo y siguió confiando en la agresividad y concentración de sus futbolistas, que tienen la confianza por las nubes por el impecable arranque liguero.

El Ebro adelantó líneas y puso cerco a la meta de Falcón con sus evidentes limitaciones técnicas. El alicantino Raúl fue un quebradero de cabeza para Samuel e Íñiguez durante toda la mañana y en el 66' tuvo el 1-1 en sus botas con un zurdazo desde la frontal del área que se marchó rozando el palo. Pese al dominio zaragozano, los blanquiazules no pasaban verdaderos apuros y Planagumà reforzó el centro del campo sentando a Chechu y dando entrada al colombiano Alvarado para que formara un «trivote» junto a Fran Miranda y Diego Benito.

El omnipresente Carlos Martínez volvió a toparse con el larguero (80') al rematar con la zurda un balón suelto en el área y la jugada estuvo repleta de mala fortuna, ya que el cuero golpeó después en la espalda del portero e incomprensiblemente se fue hacia afuera. El Ebro, tal y como reconocería después su entrenador, pagó el cansancio de la Copa en el tramo final y no asedió como debiera a un Hércules que dejó pasar los minutos hasta festejar el póquer de triunfos con el medio centenar de seguidores alicantinos desplazados.

Al equipo blanquiazul y a Planagumà les sale todo y cualquier decisión queda bendecida después en el verde. El técnico hizo debutar a Adrián Jiménez en el lateral izquierdo por tener un perfil más defensivo que Nani y el madrileño cumplió con nota, como si llevara años jugando en este Hércules.

Es más que evidente que lo difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse y el próximo rival que se cruza en el camino del Hércules es el recién ascendido Teruel, que visitará el Rico Pérez el domingo a las 19.00 horas. Y sí, el repóquer ya está en la mente de todos. Hay que aprovechar la ola buena.

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