¿Qué tiene este Hércules de Lluís Planagumà que ha vuelto a ilusionar a la fiel y sufrida parroquia blanquiazul con sus tres victorias consecutivas en el arranque de Liga? Por lo pronto tiene mucho trabajo detrás y las ideas muy claras. Este año todo el mundo sabe a lo que juega el Hércules. No le preocupa a Planagumà la posesión y el dominio de los encuentros, sino la verticalidad en las transiciones ofensivas para noquear a sus rivales. El esfuerzo colectivo en defensa es innegociable para el joven preparador catalán, que tiene la fortuna de contar con el delantero Carlos Martínez, a quien David Gallego, preparador del Espanyol B, definió como «el mejor jugador de la categoría».

01: Verticalidad

El técnico Lluís Planagumà y el director deportivo Javier Portillo no querían un Hércules que manoseara el balón y dominara ficticiamente los partidos. Se miraron en el espejo del Mallorca de la pasada temporada y buscaban verticalidad y transiciones ofensivas rápidas. Este guión se ha podido apreciar perfectamente en este inicio de Liga, sobre todo en los dos últimos partidos ante los filiales del Villarreal B y Espanyol B. Cuando el Hércules robaba el balón sólo necesitaba tres o cuatro toques para plantarse delante del portero, casi siempre con Pol Roigé, Chechu, Carlos Martínez y Juli como protagonistas. No le importa a Planagumà que el balón sea del rival siempre que su equipo haga daño a la contra.

02: El talentoso Carlos Martínez asume galones y se gusta

David Gallego, exjugador del Hércules y técnico del Espanyol B, lo tiene claro: «Carlos Martínez es el mejor jugador de la categoría». Portillo acertó plenamente al apostar fuerte por él prácticamente como primer fichaje. Marca diferencias y no sólo aporta goles. Participa en casi todas las acciones de peligro, llama la atención por su calidad, en los controles, entregas, por cómo se asocia. Rinde mejor como segundo punta, pero en este arranque ha actuado como «9» por las lesiones de Emaná y ha destacado igualmente. Tras un año frustrante en Japón, el punta barcelonés, en plena madurez a sus 32 años, está muy cómodo en Alicante, ha caído de pie en el vestuario y se gusta.

03: Innegociable el sacrificio

Planagumà exige que todos sus jugadores, principalmente los atacantes, tengan el cuchillo entre los dientes y sean los primeros en presionar de manera agresiva. El extremo Pol Roigé es un buen ejemplo de ello, ya que realiza un trabajo incansable por la derecha y hasta el momento es intocable para el técnico. El entrenador quiere músculo y mando en el doble pivote y por eso le pidió a Portillo el fichaje de Fran Miranda, otro «stopper» por si Paco Candela sufría algún percance. Y el movimiento no pudo ser más oportuno ya que el crevillentino se lesionó en el primer partido y, visto el rendimiento del extremeño, le costará regresar al once.

04: ¿Favoritos? Sí, gracias

A diferencia de años anteriores, ahora nadie rehúye el favoritismo tras la salida del grupo del Mallorca y el Elche. «Pensar en Luceros es bueno, yo lo hago para motivarme más, no creo que genere más presión, sino todo lo contrario, más ilusión. Todos sabemos para lo que estamos aquí», asegura Planagumà. El grupo III se ha debilitado sensiblemente y el Hércules lo quiere aprovechar para mandar con puño de hierro. Por lo pronto ha empezado con nueve puntos de nueve.

05: Continuos mensajes de unión

Desde que llegó al banquillo, el técnico barcelonés ha lanzado numerosos mensajes de unión, animado por los profesionales del club, que entendían que había que vender optimismo desde el primer día tras dos fracasos consecutivos. Esta corriente ha ido a más con cada victoria, los futbolistas repiten la palabra «familia» para definir el grupo con mucha frecuencia en sus redes sociales.

06: Ilusión renovada tras la limpieza en el vestuario

Portillo tenía claro que tras el estrepitoso fracaso del año pasado, el vestuario necesitaba aire fresco y por eso dejó marchar a jugadores válidos pero que, en su opinión, ya habían cumplido un ciclo, como Paco Peña, Miñano, Connor o Iván Buigues. El director deportivo ha rejuvenecido la plantilla notablemente y finalmente realizó hasta 11 fichajes. Del equipo que comenzó la última etapa de Segunda B sólo queda Chechu Flores.

07: Sin ruido ni injerencias

Es un secreto a voces que Claudio Barragán llegó al año pasado al Hércules como sustituto de Siviero por deseo expreso de Juan Carlos Ramírez. Ahora Portillo confía en que nada se salga del plan inicial y los resultados bendigan su apuesta por Planagumà. Es innegable también que la llegada de Quique Hernández aunque Ortiz y Ramírez siguen siendo los que ponen el dinero y, por extensión, los que mandan.

08: Tres ocasiones de gol como mínimo por partido

Es una de las principales diferencias respecto a las dos anteriores campañas. Al Hércules ahora le cuesta menos plantarse delante del portero debido a la verticalidad exigida por Planagumà. También ayuda el fichaje de un punta contrastado como Carlos Martínez. Todo pasa por sus botas.

09: Los veteranos pisan fuerte y aún tienen el depósito lleno

La influencia de Juli (37 años) y de Chechu Flores (36 años) en el ataque es total. Siguen siendo determinantes y cuando se asocian con Carlos Martínez superan líneas con mucha facilidad. Es clave que no se lesionen y también que les dure la gasolina, ya que la exigencia física del planteamiento de Planagumà es importante. Ambos quieren jugar por detrás del delantero, pero uno debe sacrificarse en la izquierda. Ante el Espanyol B le tocó a Chechu.

10: Laterales profundos, jóvenes y con hambre

Planagumà quiere que sus laterales sean «balas», de largo recorrido y con vocación ofensiva. Con Juanjo Nieto lo tiene garantizado por la derecha y una de las gratas sorpresas en este arranque de Liga es la aportación del alicantino Nani, de sólo 20 años. Compite muy bien, es rápido y ante el Espanyol B asistió a Carlos Martínez. Por ahora le costará entrar en el once a Adrián Jiménez, fichado con más cartel y experiencia y muy del gusto del entrenador.