Votos renovados. Fe intacta. El Hércules se fía de la Virgen, pero también corre. La entidad blanquiazul, fiel a su nueva hoja de ruta, vuelve a tratar de calar en la sociedad alicantina y ayer visitó cuarenta años después la Concatedral de San Nicolás para realizar una ofrenda a la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad de Alicante.

«Venimos a pedir por el ascenso a Segunda, pero a Dios rogando y con el mazo dando, aunque sabemos que hay problemas mucho más importantes que el deporte», afirmaba a la llegada el presidente herculano, un Quique Hernández que se ha puesto como objetivo «recuperar tradiciones para empezar el curso».

La primera plantilla al completo acudió ayer por la mañana a la Concatedral, donde el capellán del club, Joaquín López, hizo de cicerone. «Lleváis meses dedicándoos al cuerpo, ahora no viene mal un poco de espíritu», bromeaba en la presentación el sacerdote. Tras una introducción histórica, los jugadores del Hércules visitaron la capilla del templo, donde el capellán llevó a cabo una homilia con constantes alusiones futbolísticas y herculanas.

El primer capitán, Chechu Flores, participó en la liturgia y pidió «por una vida digna en la ciudad de Alicante y por el objetivo común de este Hércules». Tras un Padre Nuestro se dio paso al acto más solemne de la visita, la ofrenda floral a la Virgen del Remedio en el camarín de la Concatedral. Allí Rafael Gandulla, presidente de la archicofradía de la Virgen del Remedio y cuidador de la imagen, recibió a una expedición herculana que le obsequió con la camiseta blanquiazul de esta temporada. «Guárdela bien porque es la del ascenso», le comentó el defensa Samuel Llorca.

Al término del acto, la plantilla se marchó al Sportclub Alicante, donde realizó la primera comida de equipo oficial.

Dos décadas de la coronación

La Virgen del Remedio cumple este 2018 dos décadas de coronación pontificia y así lo anuncia la Concatedral por sus rincones. Aquella celebración tuvo lugar en el Rico Pérez ante 30.000 alicantinos. Un éxito de masas que presenciaron el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y el del Congreso de los Diputados, Federico Trillo.

A aquel acto no le faltó detalle: representación de la Casa Real, mascletà en los prolegómenos, castillo de fuegos artificiales al final, incluso miles de raciones de paella y fideuá en el contiguo Hipódromo. La nota musical la pusieron el grupo OBK, en plena cresta de la ola, y Los del Río.

Toda ayuda es poca para este ilusionante proyecto deportivo e institucional. El centenario está la vuelta de la esquina y el club quiere confesarse y convertirse, por fin, en un Hércules como Dios manda.