Las lesiones se entrometen en el paso firme que lleva el Hércules en el inicio de Liga. El delantero Stéphane Emaná volvió a recaer de sus molestias en la pierna derecha y estará unas dos semanas de baja por una microrrotura en el bíceps femoral.

El camerunés, todo potencia y descontrol, sintió un pinchazo en el entrenamiento del pasado lunes en un contrabalón con el canterano Víctor Olmedo. Mano atrás y cara de circunstancias. Malas sensaciones que se confirmarían por la noche tras la pertinente visita al doctor Ripoll: «Microrrotura en el bíceps femoral miofascial. Periodo de recuperación, dos semanas según evolución».

Otro contratiempo para el Hércules de Planagumà, que ya tuvo que prescindir por obligación de Emaná en la primera jornada de Liga ante el Ontinyent por un edema en la misma zona que le apareció durante un partidillo de entrenamiento contra el filial blanquiazul.

Su reaparición fue procesada con paciencia desde el club porque el jugador es «un toro», según deslizan sus propios compañeros. Y no pudo ir mejor porque los escasos 20 minutos de los que gozó el pasado domingo en Villarreal se tradujeron en un golazo a la carrera que abriría el camino del segundo triunfo del curso.

La hoja de servicios del camerunés ya viene marcada por una irregularidad muscular que el Hércules tratará de zanjar a partir de ahora. El club le va a asignar un dietista que le controle la alimentación y sus hábitos diarios para evitar nuevas recaídas. La noticia cayó ayer como un jarro de agua fría en el vestuario por las buenas vibraciones dejadas por el camerunés en Villarreal. Planagumà manifestaba ayer su disgusto por no poder alinear de inicio a Emaná y a Carlos Martínez este sábado en el Rico Pérez, algo que ya no pudo hacer en el estreno ante el Ontinyent. Ambos delanteros sólo jugaron juntos de salida en el Ciudad de Alicante ante el Real Murcia, con las piernas cargadas y la cabeza en el debut.

Tercer «once» de circunstancias

Primera semana con dos bajas por lesión en el Hércules de Planagumà. En el estreno fue Emanà, en Villarreal fue Paco Candela y este sábado ninguno de los dos podrá ser utilizado por un Lluís Planagumà que volverá a recurrir a Chechu Flores para acompañar en la delantera a Carlos Martínez. En el resto del equipo no se esperan cambios y el Hércules podría repetir el once del domingo en la visita al Villarreal B.

El «killer» generoso

El balón mejora cuando pasa por sus pies. Portillo pasó más de una noche sin dormir hasta que no recibió su firma vía correo electrónico desde Japón. Carlos Martínez es el fichaje más ilusionante de este Hércules 18/19 y eso que todavía no se ha estrenado en competición oficial. En pretemporada sí que perforó la red rival en La Nucía y ante el Real Murcia. Por el momento no ha hecho falta en Liga porque tres de los cuatro goles del equipo han nacido de sus botas.

En realidad es casi un pleno porque el cuarto en discordia fue el zapatazo a ninguna parte de Juanjo Nieto que terminó sorprendemente en final feliz.

Por tanto, los tres goles hilvanados de este Hércules de Planagumà llevan el sello de Carlos Martínez. El primero, ante el Ontinyent, lo elaboró él desde el comienzo. Robo de balón en la frontal, pared con Roigé y envío raso y milimétrico desde la banda derecha. Gol de José Fran tras una intentona de Chechu por cazar el balón.

El segundo, ya sobre la hora y también ante el rival de El Clariano, fue algo menos ortodoxo pero tanto o más trascendental. Galopada de un Juanjo Nieto que busca y encuentra a Carlos Martínez para devolver una pared, centro atrás que desvía el propio ariete hasta donde se encuentra Juli. 2-1 y final.

El tercero, el mejor. Susto del Villarreal B, que perdona a balón parado sobre la línea el 1-0, rechace que cae en los pies de Carlos Martínez, un amago y un desplazamiento con el exterior medido para la carrera perfecta de Emaná. Contragolpe resuelto como mandan los cánones y 0-1.

Este sábado volverá a recaer sobre Carlos la responsabilidad del gol ante la ausencia de Emaná. Es cierto que pierde frescura al fajarse casi en solitario con la defensa rival, pero la circunstancia obliga.