La casualidad está descartada. En menos de 24 horas, director deportivo y entrenador han querido enviar un mensaje claro al estamento arbitral: no estamos nada contentos con cómo nos tratan. Lluís Planagumà refrendó ayer en sala de prensa las quejas de Javier Portillo el jueves, que lamentaba el trato, a su juicio, desigual que está recibiendo el Hércules en las últimas temporadas con respecto a otros rivales.

Los dos denuncian desigualdades, injusticias flagrantes, agravios comparativos, aunque intentan hacerlo de forma velada, dando a entender, pero sin asegurar nada. Eso dificulta la interpretación del lamento. «Las declaraciones de Portillo son totalmente acertadas. Lleva suficientes años aquí como para que su queja esté bien fundamentada. Mi expulsión no fue justa. Creo que en otro tipo de contextos, expulsiones como la mía no se dan», denunció Planagumà.

El preparador catalán fue expulsado el domingo, en el estreno de la temporada frente al Ontinyent en el Rico Pérez, cuando Juli acababa de sellar la victoria sobre la bocina. El entrenador blanquiazul interpretó en su momento que le habían echado por perder tiempo. Sin embargo, la redacción del acta subrayó que el castigo fue debido a su airada protesta.

«No tiene sentido que me expulsen por protestar cuando mi equipo acaba de marcar en el minuto 91. No tengo nada de lo que quejarme», expuso el catalán antes de sembrar la duda definitiva sobre la acción del colegiado: «Pienso que si eso mismo ocurre en el Clariano con el entrenador del Ontinyent, tengo mis dudas de que acabara igual», aventuró. «Portillo pedía respeto, que se nos valore igual que al resto aunque en el Rico Pérez todo sea más fácil para el colegiado. El campo, el trato que reciben del club desde que llegan, el de la grada... en otros lugares, el contexto es más complicado y Javier quiere que los árbitros actúen con nosotros en casa como lo hacen con el resto de equipos que juegan en esos contextos más complicados para los árbitros», desgranó el técnico barcelonés, convencido de que «es más fácil arbitrar aquí que en El Clariano».

«Si somos capaces de, al décimo partido, seguir metiendo a siete u ocho mil espectadores, puede que el trato arbitral cambie. A lo mejor los equipos visitantes, los árbitros, los asistentes... no están acostumbrados a lo que se vio el primer día y por eso traían otra actitud, pero deben saber que queremos un trato justo y que podemos actuar igual que lo hacen en otros campos», advirtió Planagumà.

Las formas han sido modélicas, pero el fondo tiene mucha carga de profundidad. No hace falta leer entre líneas para comprender el mensaje que tratan de hacer llegar desde el seno de la entidad: el comportamiento ejemplar del Hércules y de sus aficionados, dentro y fuera del campo, lleva a algunos colegiados a tomarles por el pito del sereno, a no respetar sus casi cien años de historia, a no verles como uno de los 'gallos' de la categoría y a tratarles como tal.

El club debe pensar que éste es el mejor momento para levantar la voz, antes de que, lo que interpretan como injusticias, se sucedan en una temporada en la que el equipo se juega mucho. Planagumà ya no volvió sobre el asunto, prefirió centrarse en el entusiasmo surgido a raíz de la primera victoria en Liga.

«O echamos el freno de mano o la aumentamos. Yo soy partidario de aumentar la euforia porque cuando hay una dinámica negativa suele ir a más y cuando es positiva, ¿por qué tenemos que frenarla? Vamos a aumentarla y a ver hasta dónde llegamos», avisó Planagumà, que elogió la respuesta de la afición herculana para el partido que el domingo en Villarreal, con tres autobuses ya cerrados.

El técnico del Hércules no desveló si el relevo del lesionado Candela (de baja tres semanas) será el colombiano Jaime Alvarado o Fran Miranda y confirmó que el camerunés Stéphane Emaná ya se encuentra recuperado de sus molestias musculares y entrena al 100%.

Además, el preparador barcelonés advirtió de que una victoria no es motivo suficiente para repetir once la jornada siguiente. «Ni el Villarreal B es el Ontinyent ni el Rico Pérez el Mini Estadi». Por último, aventuró un duelo agitado en Castellón: «Es un equipo vertical que juega con mucha gente por delante del balón y muy trabajado a balón parado. Va a ser un partido en el que van a suceder cosas», anticipó.