«Este año veo otro ambiente, hay actitud y una energía muy buena respecto al año pasado. Planagumà sabía en qué nos habíamos equivocado y conocía el clima de desánimo que había por no haber conseguido lo que queríamos», se sinceró Paco Candela, que no olvidó la importancia anímica que deparan los resultados. «El año pasado acabamos cansados y desanimados, los resultados marcan mucho, pero nos ha venido muy bien desconectar este verano». «A Planagumà le gusta tener el balón, hacemos mucha dinámica de grupo; es algo moderno; aporta frescura».