Caso cerrado. Alejandro Chavero jugará las próximas tres temporadas en el Ibiza (club del Grupo IV de Segunda B), que actualmente dirige el expresidente del Valencia Amadeo Salvo. Sin embargo, antes de dar carpetazo al serial veraniego, el domingo por la noche se escribió el penúltimo episodio después de que el futbolista utilizara su perfil de Twitter para cargar contra la directiva del Efesé. El mediocentro acusaba a su, en ese instante, equipo de querer «hacer negocio» con su marcha y de impedirle llevar a cabo lo mejor para él y su familia, que está atravesando por un momento personal «muy delicado».

La bomba que soltó Chavero en la red social para tensar al máximo la cuerda y forzar su marcha, obligó al director general del club albinegro, Manuel Sánchez Breis, a activar una solución de urgencia que sofocara el incendio sin tener que lamentar daños irreparables a dos semanas del comienzo de la competición. El dirigente, consciente de que el Hércules había contactado en su momento de forma cordial con el presidente del conjunto murciano, Paco Belmonte, para interesarse por la situación del jugador catalán y por los planes para él del Efesé, telefoneó a Javier Portillo.

En la conversación que mantuvieron ambos, Sánchez Breis formuló una propuesta al director deportivo blanquiazul. El Cartagena ofreció al mediocentro catalán a cambio de un traspaso que incluía dos pagos, uno inmediato y otro a final de temporada sujeto a objetivos. Breis esperaba que el Hércules le abonara 35.000 euros en agosto y 15.000 en junio del año próximo si el equipo de Planagumà lograba el ascenso a Segunda División.

Portillo escuchó al director general del Cartagena teniendo muy claro que cualquier movimiento que incluya un desembolso no es viable. La política financiera del Hércules desde la caída a Segunda B defiende que ningún refuerzo llegará al Rico Pérez previo pago de traspaso.

El Cartagena sabía desde hace meses, desde las primeras conversaciones Portillo-Belmonte, que la entidad alicantina no pagaría ni siquiera en cómodos plazos, por eso zanjó ayer por la mañana esta vía y accedió a la demanda de su controvertido futbolista, que tenía encima de la mesa el interés del Ibiza. Éste incluía, además de los emolumentos del barcelonés, un respaldo médico para atender a las necesidades quirúrgicas de su esposa, embarazada en estos momentos de su cuarto hijo y, según reveló el propio Chavero, sufriendo «un quiste municioso con calificaciones en la cabeza del páncreas» que, si no se ataja, puede terminar derivando en un cáncer.

El Ibiza firmó ayer al mediocentro por tres temporadas tras abonar, según el entorno del pivote catalán, 50.000 euros al Efesé, cantidad que no ha sido confirmada públicamente ni por el conjunto insular ni por el albinegro. Lo que sí es seguro es que el futbolista se lleva consigo a toda la familia (actualmente viviendo en Villarreal) para que el club balear facilite el tratamiento de su mujer.

Atentos a Bonilla

Entretanto, Portillo no pierde la fe en que el Mallorca haga caso a su técnico y deje salir a Javier Bonilla. Vicente Moreno no cuenta con el lateral soriano, de 27 años, a pesar de que el defensa fue clave en el ascenso después de disputar 35 partidos (31 como titular) y de marcar tres goles. El club cree que sí tiene facultades para ser parte de la plantilla, pero el técnico considera que las necesidades del equipo ahora en Segunda no encajan con el perfil de Bonilla. El Hércules confía en poder concretar la cesión del joven lateral si se negocia con el club de origen el pago compartido de la ficha.