Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Perfil

Pol Roigé: Desborde y ambición

El Hércules logra con el extremo barcelonés un jugador con capacidad para desequilibrar en banda y dinamizar el ataque

Pol Roigé lanza con velocidad un contragolpe durante un encuentro con el Real Mallorca. Diario de mallorca

El momento es ahora. El Hércules necesita que la apuesta firme por el talento ofensivo y la calidad individual que adornan los informes de Pol Roigé dé frutos a corto plazo. Especialista de banda, el extremo barcelonés tiene en Alicante el escaparate ideal para reivindicar un liderazgo que se fue marchitando después de abandonar el vestuario del Sabadell, donde se convirtió, de forma incuestionable, en la referencia absoluta del ataque catalán.

Cedido por el Mallorca tras un paso efímero por el Celta B a mitad del curso pasado, el joven barcelonés (24 años) tiene la obligación de recuperar la regularidad extraviada en Palma, club, pese a ello, que continúa confiando en la eclosión de un futbolista talentoso con el desborde y el desequilibrio en el uno contra uno como sello de marca.

A pesar de sentirse más cómodo en el flanco derecho, los técnicos creen que puede desenvolverse bien en ambas bandas. Esa versatilidad también ha servido para avalar su incorporación al proyecto, el segundo de Javier Portillo como constructor del equipo. El nombre del catalán fue de los primeros en estar a disposición de la dirección deportiva, que considera clave los fundamentos futbolísticos de Roigé para que fluya con naturalidad el ideario táctico de Lluis Planagumà, que en menos de 48 horas dirigirá su primera sesión de trabajo como preparador principal del Hércules.

Es el sexto jugador del que se ha desprendido hasta la fecha el Mallorca tras su regreso a Segunda División. Pero no ha querido venderlo. De hecho, el pasado enero renovaron la continuidad del delantero hasta junio de 2020 una vez acordado con él su trasvase a Vigo en la ventana invernal del mercado de fichajes.

Roigé necesita encontrar su sitio como profesional. Demostrarse a sí mismo que la enorme proyección que apuntó en categorías inferiores no es un espejismo. En el Sabadell firmó sus mejores minutos. Se quedó en el equipo a pesar del descenso a Segunda B e hizo bien. Al año siguiente, rubricó 5 goles en los 16 partidos que llegó a disputar, todos ellos como titular, y esa circunstancia captó el interés del Mallorca, que se lo llevó a mitad de campaña a Palma para que jugara en Segunda tras pagar un traspaso de 150.000 euros. En esa aventura apenas sumó un tanto más.

Y ahí se apagó su estrella. Los insulares perdieron la categoría el ejercicio siguiente con presencias regulares de Pol en el once titular. No logró marcar y, a pesar de ello, Vicente Moreno convenció a la dirección deportiva de que Roigé tenía que quedarse en la isla para ser una pieza clave del proyecto que habría de devolver al club al segundo peldaño del fútbol profesional. Confió ciegamente en él. Le dio minutos, pero al joven extremo no le acompañó la suerte. La confianza se le fundió a la misma velocidad que a Moreno la paciencia.

Conexión con Nieto

El tren vuelve a pasar para Roigé y tiene que ser el definitivo, el que le sirva para reivindicar un talento individual incuestionable que aleje el fantasma de la irregularidad que le ha perseguido últimamente. De su empaste con Juanjo Nieto en la banda derecha dependerá buena parte de su destino. Dispone de la oportunidad de crear un tándem determinante con su excompañero en el Mallorca. Pol es el segundo perfil ofensivo que contrata Portillo tras el del goleador Carlos Martínez. En principio, ambos han de aterrizar en Alicante a mitad de la próxima semana.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats