Sonriente. Acompañado por sus familiares más directos. Disfrutando sobre el césped, haciendo malabares con el balón. Para Rubén Molina 'Nani' no es un día cualquiera. Ha vuelto a su casa y lo ha hecho por la puerta grande, como un futbolista de la primera plantilla con apenas 20 años. El lateral zurdo alicantino tiene una misión difícil, sobresalir bajo la sombra alargada de quien ocupó esa demarcación 316 veces en su etapa como blanquiazul, el último gran capitán. "Para mí es un reto y un privilegio suplir a un futbolista de la talla de Paco Peña", admite el joven alicantino, risueño incluso en su encuentro con la prensa. Antes, escuchó atentamente como Javier Portillo valoraba positivamente su incorporación.

"Tiene mucha proyección profesional y mucho recorrido en ataque. Se une a nosotros después de jugar 72 partidos con el filial del Villarreal. Llevo siguiéndole desde su etapa en el Real Madrid, en la Youth League, y todos los informes que he recibido hablan muy bien de él. Vuelve a su casa y estoy convencido de que este año, como las otras fichas sub'23 que hemos firmado, nos va dar un salto de calidad", reiteró el director deportivo del Hércules.

Nani está cómodo. Responde pausado, sin atropellarse, todo a su alrededor le resulta familiar. "Yo venía a ver a Paco Peña a este estadio", desvela. "Salgo de Villarreal buscando una oportunidad de reivindicarme. Creo que este cambio es bueno para mí. En esta primera semana, Planagumà (entrenador del euqipo) me ha dado la sensación de que va a contar con el que mejor esté, que no le va a importar la edad", explica Nani, convencido de sus posibilidades.

"Es importante que un lateral también sea capaz de proyectarse al ataque, que llegue a línea de fondo y yo cumplo con eso porque estoy convencido de ello", exponse sobre su manera de comportarse sobre el césped. Esta tarde se enfrenta a su exequipo y eso le motiva. El regreso a casa no le ha impresionado, aunque reconoce que la entidad ha cambiado mucho desde que se fue. "Me marché muy joven y no lo recuerdo muy bien, pero ahora lo que veo es que hay un nivel de exigencia muy alto porque tenemos un reto muy exigente y espero que todo salga bien", esgrime el futbolista.

Al final de su discurso, los periodistas abandonan la sala Nani se reúne con sus familiares, pendientes del chico desde el primer momento, orgullosos de él. "Tengo muchas ganas de demostrar lo que valgo", se le escucha decir antes de desaparecer por las tripas del estadio.