Un mes y medio después de acabar la Liga en la décima posición, sin promoción ni Copa del Rey, el nuevo Hércules de Javier Portillo y Lluís Planagumà echará a andar oficialmente esta semana con los primeros fichajes.

El Elche de Pacheta y Flores como ejemplo y como agravio

Ya pasadas las Hogueras y consumado el meteórico ascenso del Elche en su primer intento de salir del pozo (con Pacheta y Javi Flores a los mandos), el director deportivo blanquiazul diseña su segundo proyecto en solitario obligado a cambiarle la cara a una plantilla que fracasó con estrépito el curso pasado y no dio la talla con ninguno de los tres técnicos que pasó por el banquillo: Gustavo Siviero, Claudio Barragán y Josip Visnjic.

El difícil equilibrio entre bajas y altas en la plantilla

Teniendo en cuenta que 11 jugadores tienen contrato en vigor y se exige un mínimo lavado de cara, Portillo debe andar con pies de plomo ya que si gasta mucho en rescisiones luego se quedará corto para pujar con otros gallitos por las piezas más codiciadas, pero este es un problema que se generó solo el director deportivo el año pasado al ofrecer contratos de dos temporadas a jugadores que no son «top» en la categoría y podían no dar el nivel, como así lamentablemente ha sido. Ahora habrá que rascarse el bolsillo para indemnizar a los delanteros Óscar Díaz y Carlos Fernández (puede que a más) y la suerte ha sonreído al club al encontrarse con la baja voluntaria del navarro Mikel Santamaría, con ganas de jugar cerca de casa desde el pasado enero.

El extraño doble rasero para los exherculanos Miguel y Mora

Portillo y Planagumà trabajan en silencio desde hace varias semanas en la confección de la nueva plantilla pero sí llama la atención que no entren en los planes exherculanos de nivel más que demostrado como Miguel de las Cuevas o Sergio Mora, ambos con ganas de quedarse ya en Alicante y firmar otro ascenso a Segunda como el de 2005 en Alcalá. El primero, de 32 años, tiene a sus espaldas más de 200 partidos entre Primera y Segunda, mientras que el mediocentro, de 38, tuvo minutos la pasada temporada en 26 partidos en Primera División con el Getafe. Y no desentonó, como puede dar fe su entrenador José Bordalás, en un equipo que se quedó a las puertas de Europa. Portillo le cierra la puerta a ambos porque los exherculanos y alicantinos no le salieron bien el año pasado. Más en concreto, Samuel y Falcón. Pero como no hay dinero para rescindir sus contratos y empezar de cero, ambos seguirán, junto a Chechu Flores y Juli, entre otros. Ahora anda la afición blanquiazul ávida de caras nuevas, fichajes con los que ilusionarse y delanteros que garanticen el gol. Portillo sólo tiene que mirar al vecino. Nino, Sory Kaba y Benja han anotado entre los tres casi los mismos goles que toda la plantilla del Hércules y ahí está el secreto del éxito, no hay más. Y el DNI tampoco importa. Nino cuenta 38 primaveras y ha sido determinante en la promoción. Lo que importa es que el futbolista esté motivado, físicamente apto y que haya demostrado a lo largo de su carrera que no le pesa la camiseta del Hércules, sobre todo en el Rico Pérez. El mercado ofrece mil y una alternativas, pero alicantinos (nacidos o de adopción) como De las Cuevas o Mora y que ya conocen la casa y su exigencia, pocos o ninguno.

Ortiz y Ramírez ante el espejo del Mallorca y el Elche

El nuevo presidente del Hércules Quique Hernández ni quiere ni debe meterse en la parcela deportiva y únicamente repite cada vez que se le pregunta que hay que poner toda la carne en el asador para no equivocarse el año venidero. Y para ello toca convencer a Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez de que deben apostar más fuerte que nunca, algo así como el Mallorca y el Elche, que ya están en Segunda tras pasar de puntillas por el pozo de la Segunda B. Ambos clubes sí que se gastaron la ayuda del descenso y formaron plantillas por encima de la media para dar el salto, algo que no hizo el Hércules en verano de 2014, con Dani Barroso como director deportivo, porque había mil y una deudas que pagar (comisiones de seguimiento y demás) y no todo el dinero podía ir a la parcela deportiva.

La ilusión de Planagumà y los siete filiales del grupo

Para esta nueva aventura, el director deportivo ha elegido al joven (37 años) Lluís Planagumà como entrenador, con pasado en numerosos filiales y muchas ganas de abrirse paso en el fútbol profesional. Trabajador, metódico y muy intenso en el banquillo, tiene toda la ilusión del mundo, pero no más de la que podían acumular Siviero o Visnjic. La clave está en los mimbres que le den. Y ahí todas las miradas están puestas en Portillo. Además el Hércules queda ahora como el principal gallito del grupo III junto a los filiales del Barcelona y el Villarreal y sería imperdonable no empezar la Liga mandando y, de paso, enviando mensajes a los rivales de que este año la cosa va en serio por Alicante. Que ya toca tras dos temporadas para llorar.