El Hércules y Adrià Granell vuelven a cruzar sus caminos y pocos partidos pueden ilusionar más a este extremo valenciano que vistió de blanquiazul en la temporada 14/15, la primera en el pozo de Segunda B. «Que un equipo como el Hércules venga a Sagunto ya es histórico para la ciudad y el club. Para mí es todavía más especial porque volveré a ver a compañeros a los que quiero mucho como Miñano, Peña o Chechu Flores», afirma Granell, de 31 años.

El atacante zurdo fue uno de los primeros fichajes de Dani Barroso tras destacar en el Huracán pero su paso por el Hércules estuvo marcado por las lesiones, que le obligaron a para varios meses en la segunda vuelta. Aún así, recuerda su etapa en Alicante con una sonrisa: «Para mí fue un año buenísimo porque me divertí mucho», recuerda Granell, quien añade: «Fichar por el Hércules ya fue un premio a muchos años de lucha y llegué con una ilusión tremenda. En la primera vuelta todo fue de maravilla, yo estaba bien, la afición enganchada y el equipo líder, pero en la segunda vuelta llegaron los altibajos y una lesión que me dio muchos problemas». Una rotura muscular en una zona muy delicada le llevó por la calle de la amargura y las prisas le jugaron una mala pasada ya que forzó en un par de ocasiones para volver antes de lo previsto y pelear por la promoción.

Aquel Hércules, dirigido primero por Pacheta y después por Manolo Herrero, superó en la primera eliminatoria al Murcia con un gol salvador de Fran González y Granell se recuperó justo a tiempo para el cruce frente al Cádiz, marcado por la polémica. «Muchos compañeros me decían que iba a ser clave en la promoción y que iba a marcar el gol del ascenso, yo también tenía ese pálpito, pero el robo de Cádiz lo fastidió todo», lamenta el extremo valenciano, que no olvida el injusto penalti con el que el árbitro Sánchez Laso castigó al Hércules. «Acabar la temporada así fue una pena muy grande para todos y yo especialmente me quedé con la espina clavada de no haber podido ayudar. Me recuperé justo para la eliminatoria ante el Murcia pero no tuve minutos porque llevaba mucho tiempo parado. Trabajé a destajo para después no poder ayudar en un último cruce por el ascenso y además de la manera que fue todo...una pena», insiste.

«Esto iba a pasar»

Ahora Adrià Granell milita en el Atlético Saguntino, un recién ascendido que ha rendido por encima de sus posibilidades durante toda la temporada y ahora está pagando las consecuencias. «Sabíamos que esto iba a pasar», admite con resignación. El cuadro valenciano sólo ha sumado dos puntos de los últimos 24, acumula cinco derrotas seguidas y hoy ante el Hércules estrena un tándem de entrenadores de la casa. «Estamos deseando que acabe la temporada desde hace tiempo ya, necesitamos una victoria o dos para alejar todos los fantasmas y poder relajarnos un poco», explica. El Saguntino está sólo tres puntos por encima del descenso y afronta el choque frente al conjunto alicantino como una final. Incluso ha decretado el partido como día del club y los jugadores saldrán con el cuchillo entre los dientes.

El encuentro estará marcado por las reducidas dimensiones del Nou Camp del Morvedre, uno de los más estrechos de la categoría y cuyo césped artificial está muy gastado. De hecho, el Saguntino entrena los sábados más pronto de lo habitual para que a las 10.00 puedan comenzar a jugar los partidos todos los equipos de la base. «El campo está quemado y es pequeño, eso es así, pero yo siempre digo que los buenos destacan en cualquier superficie, como vi hace poco aquí con Salva Sevilla (Mallorca)», considera.

El Saguntino asaltó el Rico Pérez en la primera vuelta (0-1) en un duelo de dominio herculano que decidió un error de Falcón. Granell asegura que esa victoria fue «histórica» para el modesto conjunto valenciano: «Fue una hazaña, la verdad es que tuvimos suerte porque fue un acoso y derribo del Hércules durante prácticamente todo el partido. Nosotros entonces teníamos mucha confianza, defendíamos con mucha gente e intentábamos hacer daño a la contra».

Hoy el guión será diferente porque el Saguntino necesita la victoria para alejarse de la zona de peligro. El Hércules quiere acercarse a la Copa y dar continuidad a las buenas sensaciones ofrecidas ante el Mestalla (4-0) en el mejor partido del curso.