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La crónica

Portillo ejecuta a Claudio y el Hércules queda en coma

Otro tedioso empate provoca el despido del técnico, que deja al equipo blanquiazul herido de muerte y más lejos que nunca de la promoción -Los jugadores también quedan señalados por su falta de intensidad

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Así fue el despido de Claudio

La caída libre del Hércules sigue en este 2018 y ayer se llevó por delante a Claudio Barragán un técnico que dotó al equipo de una agresividad y un rigor táctico que se han ido perdiendo con el paso de las semanas hasta llegar a un punto de no retorno. El Hércules ahora es un equipo muerto, sin energía, ni confianza, y el preparador valenciano se marcha tras haber ganado sólo un partido de los últimos 11 y acumula tres meses sin vencer en el Rico Pérez. Curiosamente, la grada no pidió la cabeza de Claudio, sino de Javier Portillo, quien pocos minutos después ejecutó al técnico y ahora busca al tercero de la temporada. El director deportivo insiste en que el curso no está finiquitado pese a que la promoción está más lejos que nunca. Más en concreto queda a siete puntos ya que el Cornellà goleó al Villarreal B y tiene el golaverage ganado a los blanquiazules.

Carlos Luque asume las riendas del equipo en principio de forma temporal aunque tampoco está descartado que se siente en el banquillo en el duelo del próximo domingo (12.00) ante el colista Aragón. El preparador valenciano dirigió al equipo las últimas 10 jornadas del curso pasado tras el despido de Tevenet pero no logró revertir la dinámica negativa de un equipo deprimido y hundido. Una situación muy parecida a la de este curso, pero ahora llega antes ya que quedan 13 encuentros para el final. A las oficinas del Rico Pérez ya han empezado a llegar numerosos ofrecimientos pero Portillo asegura que no hay ninguna decisión tomada.

Las victorias que el Hércules dejó escapar en este inicio de 2018 ante el Olot, Sabadell y Cornellà han minado definitivamente la confianza de unos futbolistas de nuevo empequeñecidos, sin energía ni vergüenza torera para imponer su superioridad técnica frente al rival de turno. El de ayer, un Ebro inofensivo que tuvo sus oportunidades de llevarse los tres puntos aunque no hubiera sido justo.

Del Hércules de ayer sólo se puede rescatar el arreón del primer cuarto de hora tras el descanso en el que encerró al cuadro aragonés en su área pero desperdició ocasiones claras en las botas de Óscar Díaz, Santamaría, Samuel, Juli y José Fran. En su último partido, Claudio revolucionó de nuevo su once con cuatro novedades, dos de ellas obligadas por las sanciones de los refuerzos de invierno Paco Candela y David Torres, a los que se echó de menos. Con Samuel, Chechu, Pepelu y ChechuÓscar Díaz respecto al duelo de Badalona, el Hércules arrancó el duelo con cierto brío y la primera ocasión llegó a los tres minutos tras una recuperación del delantero madrileño cerca del área, quien asistió a José Fran y este después a Chechu en boca de gol, pero el balón le quedó atrás y no pudor armar la pierna para golpear con fuerza.

Sólo cinco minutos después se le pudo poner al Hércules en chino el partido, ya que Mainz desperdició un mano a mano ante Falcón. El exblanquiazul se quedó solo ante el meta tras un taconazo de Cabezas pero el gaditano despejó con el pie su disparo raso.

Aunque el ritmo del partido estaba muy alejado de una supuesta final para reengancharse a la promoción, el Hércules merodeaba el área del Ebro cada vez que se lo proponía, pero le costaba un mundo que sus pivotes Pepelu y Miñano generaran fútbol. En el 30´, Chechu dispuso de una buena ocasión en una acción de estrategia en un saque de esquina servido por José Fran. El remate con la derecha del jiennense fue repelido con apuros por el meta Salva. Pese a estos acercamientos, el Hércules estaba muy lejos de dominar el partido, un mal que ha perseguido al equipo desde que Claudio relevó a Siviero. La grada entró en combustión por la amarilla vista por Samuel en el 41´ por un exceso de confianza en la banda y despidió al equipo con pitos en el descanso.

El buen arranque en el segundo acto no tuvo premio por la alarmante falta de remate de este Hércules en el que sus «9» Carlos Fernández y Óscar Díaz siguen anclados en los cuatro goles. Con el paso de los minutos, el equipo fue un manojo de nervios y prisas. El delantero madrileño se enfrentó a Claudio y su ayudante al ser cambiado y, para redondear la fiesta, Samuel se fue justamente a la calle en el 85´por doble amarilla. El entrenador pagó los platos rotos y ahora Portillo busca al tercero de la temporada. Un desastre.

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