Tras no triunfar en el césped como jugador, Pina alcanzó la fama fuera de los terrenos de juego; primero como mediador y pieza clave en la llegada de importantes futbolistas a España, caso de Riquelme, Anelka, Saviola o Vieri, y, después, al frente de clubes como el Ciudad de Murcia, el Granada y el Cádiz.

Siempre ha tenido encima de la cabeza la espada de Damocles y la sombra de la sospecha sobre supuestos intentos de compra tanto en la lucha por ascender como, en el caso del Granada, por no descender de Primera.

Estas supuestas malas artes también han salpicado al Elche y al Hércules. En el partido de vuelta de la última eliminatoria por el ascenso a Primera División de la campaña 2010-2011, el entonces entrenador franjiverde, José Bordalás, dejó fuera de la convocatoria a David Sánchez, cuando era un hombre importante que estaba siendo utilizado como revulsivo en las segundas partes.

En aquel entonces, Bordalás desveló que el motivo había sido que, presuntamente, Quique Pina había intentado comprar al jugador en el mismo hotel de concentración. Eso nunca se pudo demostrar, pero, posteriormente, el centrocampista jugó en el Tenerife y en el Cádiz, dos equipos que controlaba el empresario murciano.

En el caso del Hércules, también hubo indicios de un posible intento de compra del lateral derecho Rafita, en la tercera eliminatoria de la promoción de ascenso a Segunda División, que enfrentó a los herculanos precisamente con el Cádiz. Una información que fue desvelada por este diario con un artículo de Toni Cabot bajo el título: «Pequi, el hombre de Pina que pasaba por allí». El lorquino David Navarro «Pequi», también había trabajado para el empresario murciano en el Ciudad de Murcia.