Claudio Barragán ha llegado con un pan debajo del brazo al Hércules y con un saco lleno de fe que reparte indiscriminadamente en el vestuario para que los otrora jugadores alicaídos crean ahora en los milagros. Los blanquiazules ya ganaron al Santa Eulalia con un gol en el 92' de Samuel y se han abonado a las emociones fuertes. El miércoles pasado, en el feudo del líder Mallorca, casi hacen saltar la banca con sus contras en los minutos finales y ayer volvieron a recurrir a la épica para sumar la quinta victoria del curso. Fue de nuevo en el minuto 92, también a balón parado, y con un goleador que vivía uno de los partidos más especiales de su carrera, el número 300 como herculano. El incombustible Paco Peña era el protagonista de la fiesta ante el Baleares pero no fue todo de color de rosa para él, ya que una pérdida suya en la salida de balón propició el 0-1, marcado por Julio Delgado con un extraordinario disparo desde fuera del área (en el minuto 36) que golpeó en el larguero y botó dentro de la portería. Esta acción arruinó la buena puesta en escena de un Hércules más intenso con el nuevo entrenador, pero al que ayer le faltó fútbol por los cuatro costados. El doble pivote volvió a hacer aguas ya que Pepelu y Miñano no se impusieron ni aportaron criterio. Apenas tocaban el balón y casi siempre la única solución eran los envíos largos de Samuel o Mikel Santamaría a la cabeza de Carlos Fernández, un recurso demasiado pobre para este Hércules candidato al ascenso.

Aún así, el arranque fue bueno ya que sólo con la intensidad se desbordó de inicio a un Atlético Baleares confeccionado a golpe de talonario y que ahora pena por la parte baja de la tabla. De hecho su entrenador De la Morena puede ser despedido en las próximas horas.

La primera gran ocasión para el Hércules llegó en el minuto 14 y la desperdició Carlos Fernández, que ayer se marchó sin marcar ni asistir. Chechu Flores avanzó metros con clase por la banda derecha, ganó la línea de fondo y sirvió un buen balón que el «9» cabeceó por encima del larguero en posición inmejorable. Son ya varias las ocasiones similares erradas por el ariete, que de haber utilizado el recurso de picar el balón hacia abajo, probablemente llevaría ya dos o tres goles más en su zurrón.

Sólo un minuto después volvió a tener una buena ocasión el atacante de Úbeda, que se internó en el área por la izquierda gracias a un pase de cabeza de Juli, pero se precipitó al rematar con la izquierda y envió el balón demasiado alto.

Al Hércules le faltaba fluidez y Carl sólo tuvo que intervenir otra vez en el 21' con un disparo de 40 metros de Juli que puso en pie al Rico Pérez. El alcoyano apenas entraba en contacto con el esférico ya que no recogía los pocos rechaces de Carlos Fernández, mientras que Pepelu y Checa seguían sin filtrar balones en condiciones.

El Atlético Baleares, en plena crisis de juego y resultados, no se asomaba por el área de Falcón y la primera vez que lo hizo encontró premio. En el 36', Peña perdió el balón al hacerse un lío en la banda y el extremo Julio Delgado sacó todo el partido posible a la acción. Avanzó metros y desde la frontal del área conectó un zurdazo que envió el balón al larguero y después botó dentro de la portería para desesperación de Falcón.

Pese al 0-1 y la evidente falta de fútbol en la organización, Claudio no dio entrada a Miñano y lo confió todo a la intensidad de sus jugadores, que encerraron al rival en el arranque. Y encontraron el premio del gol en el 56' en una acción muy discutida en su origen ya que Gerard Oliva fue agarrado en el centro del campo antes de perder el balón. Chechu lo recuperó, avanzó metros y cambió el juego a la otra banda, donde Gaspar asistió de maravilla a Juli dentro del área. El punta definió por bajo y firmó el 1-1.

El técnico blanquiazul desconcertó al sacar del campo a Gaspar (el mejor en los dos últimos partidos) para dar entrada a Salinas y no quitó a uno de los dos mediocentros hasta el minuto 80. Ya con Miñano en el campo, el Hércules se volcó en el área balear en busca de la remontada y de nuevo el santo volvió a estar de cara en el 92'. Juli provocó una falta lateral, Miñano la sirvió con precisión y Peña peinó, en el primer palo, el balón hacia atrás para sorprender a Carl y llevar el delirio a la grada. No podía acabar mejor la fiesta del capitán por su partido 300 como herculano.