El dubitativo inicio de temporada del Hércules pareció quedar a un lado el pasado miércoles en una eliminatoria copera en la que los blanquiazules tutearon al todopoderoso Elche. No obstante, y pese al abrumador dominio herculano, el partido y el premio de enfrentarse en la próxima ronda a un equipo «europeo» se tiñó de franjiverde ante la fragilidad en las dos áreas del conjunto de Gustavo Siviero.

A esas buenas sensaciones ofrecidas en el primer derbi del curso se aferra la dirección deportiva encabezada por Javier Portillo, que el viernes arropó al técnico argentino tras tres partidos consecutivos sin conocer la victoria. Hoy en Ebro (12:00 horas) el Hércules debe ganar para ahuyentar viejos fantasmas. De no hacerlo, podría alejarse en mes y medio de competición a diez puntos del liderato y a siete de los puestos de promoción de ascenso. Una distancia excesiva para estar aún en el mes de septiembre.

Buena culpa de que el Hércules no haya arrancado como se esperaba es su falta de autoridad en ambas áreas, un pecado demasiado capital como para mantenerse donde se pretende. Los de Siviero sólo han dejado una vez su portería a cero en lo que va de Liga y fue ante el Sabadell de Toni Seligrat, que jugó sesenta minutos en el Rico Pérez con un hombre menos por una expulsión que irritó al técnico valenciano. «No había visto algo así en mi vida», manifestó tras el encuentro. La consistencia defensiva fue algo en lo que hizo hincapié el club desde pretemporada, de hecho, la planificación deportiva comenzó por la zaga con los fichajes de Falcón, Samuel y Santamaría. A su favor el técnico argentino tiene que ninguno de sus rivales le marcó más de un gol en ningún partido, algo de lo que podría haber sacado mucho más provecho si fuera efectivo en ataque, pero ése es el verdadero quebradero de cabeza del Hércules en su cuarto intento consecutivo por ascender a Segunda.

Un gol por partido

El promedio goleador de los blanquiazules en lo que va de curso es de sólo un gol por partido: siete tantos en siete partidos oficiales. Un balance muy pobre si, por ejemplo, se comparan con los 19 que suma el eterno rival en los mismos partidos.

Nada más que en dos de los siete encuentros oficiales disputados el Hércules marcó dos goles: ante un Sabadell con diez y tras un penalti riguroso y contra el Lorca en Copa del Rey, prórroga mediante.

El mal endémico del gol blanquiazul revive y sólo Chechu Flores, que no es delantero y que ya fue el máximo goleador del equipo la pasada temporada junto a Javi Flores, ha sido capaz de marcar más de un gol. Concretamente, tres. Mientras, el ariete Carlos Fernández, que ha jugado íntegros los siete partidos, sólo ha convertido un gol. Por su parte, Óscar Díaz todavía no ha actuado como «nueve», sino que ha actuado en banda o por detrás del punta y su participación ofensiva ha sido casi testimonial.

Hoy en el difícil y modesto estadio de El Carmen los blanquiazules tienen la oportunidad de espantar viejos fantasmas y acercarse a los puestos de privilegio.