Si es usted seguidor del Hércules seguro que ha tenido la desagradable sensación de saber de antemano que el buen centro que se dirige al área rival no encontrará rematador. Año tras año la historia se repite y sólo han hecho falta siete partidos oficiales (cinco de Liga y dos de Copa) para tener la sospecha fundada de que Carlos Fernández y Óscar Díaz no van a paliar esta carencia ya bien arraigada en el vestuario del Rico Pérez tras el descenso a Segunda B de 2014.

El primero, titular indiscutible, mejora sensiblemente a David Mainz y Jesús Berrocal, trabaja más y mejor, pero no es un rematador. El mejor registro de su carrera lo firmó el pasado curso en el Villanovense con 12 dianas y su punto fuerte es el juego de espaldas y su gran competitividad. Carlos ha sido titular en los siete primeros partidos y sólo vio puerta contra el Sabadell, cuando se adelantó al portero para cabecear un centro de Gaspar desde la derecha a pierna cambiada. Desde entonces ha desperdiciado media docena de ocasiones claras, la última en el derbi contra el Elche.

La falta de pegada del Hércules en las cuatro temporadas de Segunda B es innegable y el ariete que mejores registros ha firmado en esta etapa ha sido David Mainz, en la segunda vuelta de la 15/16 (9 goles), cuando llegó en enero procedente del Huesca.

Nada más consumarse el descenso al «pozo», el entonces secretario técnico Dani Barroso apostó por la continuidad de Javier Portillo y como acompañante fichó al sevillano Fernando Rodríguez, que venía de anotar 18 dianas con el Cartagena. El primero, ahora director deportivo, cerró el curso con 9 goles en Liga y uno en Copa, mientras que el segundo fracasó de manera sonada. Víctima de una pérdida de confianza total, sólo marcó 5 tantos en Liga y uno en Copa. El Hércules cayó eliminado con polémica en Cádiz, en la segunda ronda de la promoción.

Al curso siguiente, Barroso siguió apostando por Portillo y esta vez eligió como pareja a un «9» fuerte y poderoso en el juego aéreo como el benidormense Mariano Sanz, que venía de marcar 7 goles con el Racing.

La apuesta por ambos no pudo salir peor. Portillo, ya muy desgastado, decidió colgar las botas en enero a los 33 años sin haber visto puerta, mientras que Mariano nunca se adaptó a las exigencias y el juego del Hércules y cerró la campaña con tres goles en Liga. En diferentes entrevistas, el ahora punta del Alcoyano siempre ha reconocido que no estuvo a la altura pese a su innegable entrega.

Barroso apostó en enero por Mainz, procedente del Huesca, como recambio de Portillo y ahí sí acertó, ya que el aragonés dio otro aire al ataque, marcó 9 goles en la segunda vuelta y otro en la promoción de ascenso, aunque es cierto que dispuso de ocasiones para haber mejorado sensiblemente estos registros. Este Hércules se quedó sólo a 90 minutos de subir al tropezar de nuevo con la piedra del Cádiz.

«Misterio» Mainz

El punta de Sádaba se ganó la continuidad con su rendimiento pero su transformación fue casi incomprensible. Con una alarmante pérdida de confianza, sus minutos fueron decayendo tanto para Tevenet como para Luque e incluso se especuló con su salida en enero. Finalmente se quedó y cerró el curso con sólo dos goles en Liga y tres en Copa (se había fijado como meta llegar a los 18). El domingo se enfrentará al Hércules con el Ebro, equipo con el que no ha sido titular en este inicio de Liga.

Barroso volvió a apostar como segundo delantero por un «9» de referencia fuerte y con buen juego aéreo, buscando rendimiento en campos pequeños. El cordobés Jesús Berrocal llegó con cartel tras desvincularse de la Ponferradina y también fracasó con estrépito.

Probablemente ha sido uno de los delanteros que menos ha rematado a puerta del último lustro. Cerró el curso con cinco dianas en Liga, tres de ellas en el mismo partido ante el Mallorca B cuando ya no había nada en juego, lo que aún supo peor. Ahora milita en el Pontevedra.

Apuesta por Carlos

Este verano Portillo ha debutado al frente de la dirección deportiva en solitario y la tarea del «9» sigue pendiente. Intentó sin éxito el fichaje de goleadores como Boris, Dioni, Máyor o Benja y finalmente apostó por Carlos Fernández, autor de 12 tantos con el Villanovense. Ha anotado un gol en siete partidos y mejorado a Berrocal y Mainz con su trabajo, pero es evidente que no es un rematador. Como segundo punta llegó Óscar Díaz a última hora. El jugador madrileño y Portillo repitieron hasta la saciedad que sí estaba preparado para jugar como «9» pero hasta el momento nunca lo ha hecho. El único atacante que sí ha respondido a las expectativas es el veterano Juli, pero está de baja por una lesión muscular.