Sólo ha necesitado cuatro partidos el alcoyano Julián Cerdà, Juli, para ganarse al Rico Pérez. Y no sólo a base de goles y asistencias. El carácter y el gen competitivo que imprime y contagia a sus compañeros quedó de manifiesto, una vez más, en el duelo copero del miércoles ante el Lorca. En un estadio con mucho cemento, los gritos de Juli a sus compañeros para que mantuvieran la concentración en los saques de esquina resonaron por todo el Rico Pérez y la grada se vino arriba. Al margen de esta anécdota, los números hablan por sí solos. El polivalente atacante alcoyano es el líder del ataque y ha participado, de una manera u otra, de todos los goles de esta temporada a excepción del 2-0 frente al Sabadell, ejecutado de cabeza por Carlos Fernández a pase de Gaspar.

Juli acumula, en estos cuatro primeros partidos (tres de Liga y uno de Copa), dos dianas, dos pases previos a penaltis y una asistencia de gol.

En el debut liguero ante el Olot, el exjugador del Córdoba fue el mejor y marcó el definitivo 1-1 tras un gran control de balón en la frontal del área y mejor definición. A la semana siguiente, en Alcoy, regaló el gol a Nacho Navarrete tras colarse en el área con una facilidad pasmosa tras una gran combinación con Carlos Fernández.

Frente al Sabadell, al Hércules le costó un mundo abrir la lata pese a jugar con uno más y no lo logró hasta que Juli sorprendió a la zaga con un pase en profundidad a Juanjo Nieto que acabó en penalti.

Y el miércoles, en el debut copero ante el Lorca, el conjunto de Siviero no dio verdadera sensación de peligro y ambición hasta que los veteranos Juli y Chechu pisaron el césped allá por el minuto 65. El alcoyano firmó el 1-0 a pase de Carlos Fernández y fue también protagonista en el 2-1 porque dio a Chechu el pase previo al penalti.

El fichaje del atacante alcoyano no fue nada fácil este verano. Se quedó sólo a un partido de renovar con el Córdoba y tenía varias ofertas en firme de Segunda sobre la mesa, entre ellas una del Numancia y otra del Albacete. Esta última era la que más le seducía por estar cerca de casa. Las conversaciones estuvieron a punto de irse al traste hasta que el director deportivo Javier Portillo hizo una última contraoferta, viajó a Alcoy a toda prisa y tras una reunión cara a cara regresó a Alicante con el contrato firmado. A sus 36 años, Juli quiere ser profeta en su tierra, sólo le queda eso por hacer.