Todavía luce el mes de agosto en el calendario, pero las urgencias en el Hércules ya han comenzado a asomar. Las sensaciones futbolísticas mejoraron el pasado domingo en El Collao, pero el resultado volvió a ser idéntico al del debut ante el Olot. Dos empates por dos errores individuales que la plantilla ha pagado demasiado caros.

El lunes Javier Portillo dio un toque de atención al equipo y le comunicó que no bastaba con estar concentrados 80 minutos porque los partidos terminan cuando pita el árbitro. «No esperaba un inicio de temporada así», espetó el madrileño. Esta «santiaguina» (aquella reprimenda habitual de Santiago Bernabéu cuando venían mal dadas) ha calado hondo en el vestuario del Hércules y los jugadores asumen que los errores propios han echado por la borda cuatro puntos en sólo dos jornadas.

Juli, partícipe de los dos goles del Hércules en lo que va de liga, publicaba en sus redes sociales un texto en sintonía con lo que expresado por el director deportivo: «Siguen condenándonos nuestro erores». Ayer, Mikel Santamaría, uno de los fichajes que mejor rendimiento está dando hasta el momento, también se pronunciaba sobre este debate. «Han sido dos despistes, pero el equipo ha sido superior a ambos rivales», señaló. «El problema es que esos fallos también los tienen ellos, pero nosotros no hemos podido aprovecharlos y ellos, en nuestro único error lo han hecho», lamentaba el navarro. «Espero que los despistes que tengamos a partir de ahora no nos penalicen tanto porque es muy difícil para la moral perder por el único fallo del partido».