La perseverancia del centrocampista alicantino Miñano terminó por maniatar ayer a un buen Rayo Vallecano, en la vigesimocuarta edición del Trofeo Ciudad de Alicante, torneo estival que otrora el Real Madrid situaba en el mapa patrio.

Los vallecanos no deslucieron, no obstante, la invitación y pronto mostraron hechuras de equipo de superior categoría que el Hércules. El trazo del sempiterno Trashorras guió a un equipo serio con Lass y, sobre todo, Trejo como máximos referentes en ataque. Precisamente entre ambos tejerían el primer gol del partido, en un desmarque del guineano que el primero vio a la perfección. Acto seguido, Lass hacía un traje a Santamaría en un palmo de área y cruzaba el balón lejos del alcance de Falcón.

El Hércules, guiado por la omnipresencia de Miñano y el pedigrí de Juli, no rehuyó el protagonismo en el primer test en casa y asfixió la salida de balón del conjunto madrileño desde el inicio. El mediapunta alcoyano fue el primero en avistar tierra firme y lanzó un chut desde cuarenta metros que despertó a una parroquia con ganas de redimir penurias pasadas.

El ariete Carlos Fernández, que debutó como titular, se evaporó con el paso de los minutos, pero dejó visos de buen delantero. Fueron suyas las mejores oportunidades del Hércules durante el primer tiempo, junto con un chispazo de Chechu tras un detalle de videoteca de Juli, que no guardó una carrera en los 76 minutos que disputó.

El conjunto de Siviero no perdió la cara al encuentro, pese a que cada llegada del Rayo encendía las alarmas, y tras la reanudación igualó la contienda. El gol nació de las botas de Miñano, que ideó un cambio de juego preciso para que Nieto asistiera a Chechu, que desde la frontal armó un tiro raso inapelable. Acto seguido, el técnico argentino le dio descanso con las miras puestas en el debut liguero del próximo sábado contra el Olot. La grada propinó la ovación de la noche al goleador, junto con la de Juli, nuevo referente en ataque.

Con media hora de juego por delante y tras el carrusel de cambios, el Hércules titubeó en defensa y habilitó una autopista sin peaje por el flanco derecho de Juanjo, que pudo terminar expulsado.

La constancia de Miñano

El voluntarioso Miñano, el primero en presionar arriba y en recoger el balón abajo, no se escondió y dio un paso al frente, como se le pide desde que aterrizó en el club en 2014. Es digna de honores su insistencia, a pesar de pecar de impreciso en varias ocasiones. Sería el alicantino quien desnivelara el amistoso con un zurdazo en el 78 desde fuera del área que besó la cepa del poste de Alberto.

Los franjirrojos no tardaron en dar réplica, pero el resultado ya no se movió y el Hércules se adjudicó su cuarto Trofeo Ciudad de Alicante consecutivo.

El once del inicio de liga poco variará respecto al puesto en liza ayer por Siviero, que apostó por un 4-2-3-1 con un Juli poseedor de una total libertad de movimientos. Las sustituciones no desmerecieron y hasta pudieron ampliar la ventaja tras una buena combinación entre los canteranos Olmedo y Pedja por la banda derecha. Más que significativa fue la ausencia del camerunés Franck Ombga (con pie y medio fuera del club), el único de los diez suplentes que no gozó de minuto alguno, pese a calentar en la banda durante buena parte de la segunda mitad.

Una de las mejores sensaciones que deja el equipo es su capacidad de reacción, capaz de voltear un partido ante un Segunda División; algo insólito hace tan solo unos meses. También la inestable portería del pasado curso parece haber recobrado la tranquilidad con un Falcón sobrio y sin grandes estridencias.

En el debe, la ausencia de un socio para Miñano (ya resuelta con el fichaje de Navarrete) y el estado del césped, todavía con mucho margen de mejora.