Tres semanas después de su elección como presidente del Hércules y de su única comparecencia pública, Juan Carlos Ramírez reapareció ayer para lanzar un órdago a la grande a la Agencia Tributaria: «Si Hacienda no acepta mi última oferta, dimito y esta institución centenaria queda abocada a la desaparición y no cobra nadie».

En un tono severo y dramático por momentos, Ramírez aplazó cualquier decisión sobre el nuevo proyecto deportivo a la resolución «de la crítica situación» institucional del Hércules y la condicionó a que la Agencia Tributaria dé el visto bueno a su propuesta definitiva: el pago de dos millones de manera inmediata (casi el 50% de la deuda de 4,2 millones) y el aval con garantías reales sobre inmuebles de los 2,2 millones restantes.

El nuevo mandatario blanquiazul también contempla la posibilidad de devolver los 6,9 millones que reclama la Unión Europea por ayudas ilegales estatales en el marco del plan de viabilidad del reconvenio de acreedores y siempre que el equipo milite en el fútbol profesional. Ramírez se comprometió igualmente a inyectar un millón y medio de euros al año para la confección de la plantilla en Segunda B y expresó su confianza en hacerse con el 72% de las acciones del club en la subasta del IVF en torno al 20 de junio.

HACIENDA

Pago en seis años de la deuda con el abono inmediato de dos millones, casi el 50% del total

«Yo ya no puedo más con Hacienda. O se acepta esta propuesta o vamos todos fuera». Ramírez fue concluyente y reiterativo con su advertencia: «He llegado al límite de mis posibilidades económicas y hago un esfuerzo brutal con esta propuesta».

Después de que la Agencia Tributaria rechazara el pasado día 10 la propuesta anterior del Hércules (pago inmediato de 504.000 euros, aval bancario por la misma cantidad el segundo año y garantías hipotecarias por los tres millones restantes), Ramírez achacó ayer este bloqueo a un «enquistamiento» en Hacienda, «en el que prima lo personal sobre lo profesional» y precisó que sus planes recibían el visto bueno de los técnicos de Hacienda, pero se topaban con la instancia superior de la Dirección General de Grandes Contribuyentes.

Con el club «en situación crítica y en la UVI», Ramírez registró el pasado jueves en Hacienda su última propuesta de acuerdo singular, en la que, ademas de los dos millones en el acto y las garantías inmobiliarias por los otros 2,2 millones, incluye el pago de la deuda en seis años; el abono del 5% los tres primeros años si el equipo sigue en Segunda B y del 16,66% si milita en Segunda A, así como el pago íntegro de la deuda si sube a Primera.

RECLAMACIÓN DE LA UE

Abono durante seis años siempre que el equipo milite en el fútbol profesional

En esta misma propuesta a Hacienda, Ramírez incluye la previsión de que si se ejecuta la reclamación de la Unión Europea de 6,9 millones por ayudas estatales ilegales, se devolvería durante seis años «siempre que se milite en el fútbol profesional y con las cantidades indicadas en el plan de viabilidad que se va a presentar dentro del reconvenio de acreedores».

En este punto, el dirigente blanquiazul se mostró convencido de que la reclamación de Bruselas por el aval de los 18 millones del IVF «se puede rebajar e incluso dejar sin efecto por no ajustarse a derecho, según nuestros asesores».

Ramírez remarcó que su plan para reflotar el club es «viable», cargó contra las reticencias de Hacienda y contra la resolución de la UE, de la que dijo que «es injusta y no tiene pies ni cabeza».

«No tengo otra solución. Si Hacienda no la acepta, este consejo dimite y no cobra nadie porque yo no quiero firmar el acta de liquidación de una institución como el Hércules por la que tanto respeto siento», recalcó el presidente durante una comparecencia a la que asistieron en calidad de oyentes su antecesor en el cargo, Carlos Parodi, y el responsable de la parcela deportiva, Javier Portillo, que continúa a la espera del desbloqueo de la crisis institucional para empezar a confeccionar el Hércules de la próxima temporada.

ACREEDORES Y PLANTILLA

Tres años de carencia para pagar y un millón y medio para un equipo de garantías que suba

Junto a Hacienda y la subasta del IVF, la tercera «pata» a la que aludió Ramírez para reflotar al Hércules es el nuevo acuerdo con los acreedores ordinarios, a los que ha pedido un reconvenio para empezar a pagar en 2020 los nueve millones que les adeuda con el compromiso de amortización total cuando el equipo vuelva al fútbol profesional.

El presidente recordó que los ingresos del Hércules en Segunda B apenas rondan el millón de euros y sólo cubren gastos estructurales (fútbol base, viajes, mantenimiento, plantilla no deportiva...). Ramírez reiteró su compromiso de invertir un millón y medio de euros cada año en Segunda B «para hacer un equipo de garantías y sacarlo de una puta vez de esta categoría».

Por último, el presidente confió en que Hacienda tenga la misma celeridad de su anterior respuesta y le conteste en 24 horas.